No es transparente la información que ofrece el gobierno cubano sobre las brigadas médicas. Pero la verdad siempre sale. Las mentiras o verdades a medias solo enturbian el trabajo del personal de salud

Cuando se escriba la otra historia -no la oficial del gobierno- de las brigadas médicas cubanas emergerán muchas verdades entre las tantas mentiras de la propaganda.  Porque en la narrativa del gobierno de la isla se habla solo de lo que conviene; todos los galenos que han ido a misiones están felices, nunca ninguno se ha cuestionado nada, aunque los que han desertado dejan de existir al instante mientras son señalados como traidores. De héroes pasan a apestados.

Este fin de semana y como respuesta -probablemente- a las tantas objeciones que circulan en redes sociales, Cubadebate publicaba un artículo sobre uno de los médicos de la brigada en Andorra. En “Andorra, la primera misión de Yurisán“, el periodista Andy Jorge Blanco contaba la experiencia del doctor Yurisán Curbelo López, de 27 años.

Dice Andy Jorge Blanco: “Como integrante de la brigada médica cubana en esa nación europea, el doctor Yurisán Curbelo estuvo una semana en aislamiento antes de determinar que ningún colaborador cubano había contraído la enfermedad“.

El cubano que habitualmente lee la prensa oficialista y se informa a través de ella, justo al leer ese párrafo se entera de que los galenos de la brigada cubana en Andorra estuvieron en cuarentena. Ni en Granma, ni en Juventud Rebelde, ni en Cubadebate y mucho menos en la Mesa Redonda se mencionó jamás lo ocurrido al llegar a Andorra. Otra de las mentiras. Joan Martínez Benazet, titular de Salud del principado, refería durante una conferencia de prensa el 2 de abril pasado: “El positivo de un galeno cubano especialista en Medicina Intensiva representa una dificultad porque la incorporación será más lenta de lo que desearíamos, pero nos podrán ayudar”.

Tras el requerido aislamiento, los médicos cubanos se fueron incorporando de manera progresiva al enfrentamiento contra el coronavirus en Andorra, donde se han reportado 852 casos positivos, 744 recuperados y 51 fallecimientos.

Verdades a medias

¿Por qué ese empeño en solo contar una parte de los acontecimientos relacionados con las brigadas médicas cubanas? Las historias de la prensa oficialista suelen ser tan edulcoradas, que se puede hasta dudar de su veracidad. Quienes han sido protagonistas de las misiones desmontarían unas cuantas mentiras, o verdades dichas a medias.

El diario Granma publicaba ayer el testimonio de un doctor cubano que se encuentra en estos momentos en Honduras. Explicaba Ángel Antonio La O Portuondo, natural de Granma, sus experiencias: “A casa me llevo muchas anécdotas, algunas muy emotivas, como la de mi primer paciente, un señor que ya había dado positivo al sars-cov-2 antes de nosotros llegar, pero se negaba a aceptar la enfermedad, ser atendido y hablar de sus contactos. Cuando me asignaron el caso y lo visité en su hogar, su reacción fue asombrosa. Me dijo que los médicos cubanos no decíamos mentiras, y que si habíamos venido hasta aquí dejando nuestra tierra y familia para correr este riesgo, entonces sí era verdad que él estaba enfermo y necesitaba ayuda. Por ese anciano y por cada persona que podamos salvar de esta pandemia vale la pena estar lejos de casa”.

Luces y sombras

Según el ministro de Salud, José Ángel Portal, de la isla han partido 34 brigadas médicas del Contingente Henry Reeve a 27 naciones que pidieron el apoyo de Cuba. “Estas brigadas médicas han atendido hasta el momento más de 61 mil pacientes contagiados con el SARS-Cov2, los que se suman a las más de 35 mil personas que han recibido los servicios de otras 59 brigadas que trabajan en el exterior antes de la COVID-19”.

En marzo del 2019, el portal independiente El Toque revelaba en el reportaje “¿Cómo viven los médicos cubanos la crisis en Venezuela?” las angustias de galenos y familiares para poder comunicarse en medio de una caótica situación en esa nación sudamericana.

El Toque pudo hablar en esos días de incertidumbre con Adriana, la esposa de un colaborador cubano en Venezuela: “Me dijo que iba pedir fin de misión, que tenía miedo. Desde hace años ahorramos para poder comprarnos una casa pero, si fuera por mí, preferiría que viniera ya, definitivamente. Siempre que veo el noticiero, aunque digan que todo está bien, me pongo mal”.

Estas zozobras e inquietudes jamás se reflejan en la narrativa del gobierno y los medios oficialistas sobre el accionar de las brigadas médicas cubanas. No hay zonas oscuras, todo es luz. Hace apenas un día trascendió que una doctora de Mayarí escapó de la brigada médica enviada a México para luchar contra la COVID-19. Nada al respecto ha reflejado la prensa de la isla.

Este lunes, el sitio Diario de Cuba adelantaba: “6 millones 255 mil 792 dólares han pagado el Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI, nacional) y el Gobierno de la Ciudad de México por el trabajo de 585 médicos y enfermeros cubanos enviados por La Habana para enfrentar la pandemia”.

De esto nada o casi nada aparecerá en los medios oficialistas. Y si alguna referencia hiciesen -seguramente- será para condenar la investigación de Diario de Cuba y decir que lo único que se busca es desacreditar, manchar, la labor solidaria de los médicos cubanos.

El gobierno de la isla tiene pendiente informar debidamente a los cubanos sobre las reales condiciones de los médicos que forman estas brigadas; ofrecer, por ejemplo, la cifra de cuántos galenos han fallecido mientras estaban en misión; o dar todas las explicaciones acerca de qué gestiones se han venido realizando para que los doctores Assel Herera Correa, especialista en Medicina General, y Landy Rodriguez, cirujano, secuestrados en Kenia en abril del 2019, puedan regresar junto a sus familiares. Tanto silencio solo enturbia la labor de los verdaderos protagonistas: cada uno de los galenos que ha dejado la isla para ir a misiones.

Ania Liste

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