Para un juego definitorio, tienes que escoger entre estos dos lanzadores derechos: ¿José Luis Alemán o Julio Romero?

Otra vez dos lanzadores llegan a la sección de comparaciones beisboleras. Ambos derechos, con herramientas naturales muy parecidas, llegaron a la cúspide del béisbol cubano y se convirtieron en verdaderos líderes de sus equipos. Imponían respeto a sus adversarios desde el montículo. ¿José Luis Alemán o Julio Romero?

Con una carrera gloriosa y con sus vitrinas llenas de premios individuales y colectivos, estos dos exponentes del verdadero arte de lanzar pelotas se retiraron dejando sus nombres en lo más alto de este deporte, en medio de una época en la que el bate de aluminio y la pelota viva inclinaban la balanza hacia los bateadores.

Si tienes que escoger solo a uno de ellos para lanzar en el juego de tu vida, ¿a cuál prefieres?¿José Luis Alemán o Julio Romero?

José Luis Alemán

Desde sus años de juvenil presentó credenciales al integrar dos veces el equipo Cuba a los campeonatos mundiales de esa categoría. Con una recta potente, mezclada con otros lanzamientos como la slider, logró imponerse desde temprano en Series Nacionales con su equipo Santiago de Cuba y con Serranos en las Selectivas.

Corajudo y siempre dispuesto a subir en el box en los partidos tensos, el diestro oriental acaparó varios lideratos durante las 17 campañas que se mantuvo activo.

Fue líder en promedio de carreras limpias en la Selectiva de 1981 con 2.41, en juegos iniciados en la del 1982 con 16; propinó dos lechadas en la Selectiva de 1985 para comandar ese departamento con otros dos lanzadores; completó más juegos que nadie en la Serie Nacional de 1988 (8) y en la de 1989 (11) y obtuvo el mejor promedio de ganados en la Selectiva de 1988, con 818 y en la Nacional de 1988, con 831.

Alemán fue también líder en juegos salvados (8), en victorias (9) y en PCL (2.29) en la zona oriental de la Serie Nacional de 1988, así como en entradas lanzadas (105.1), ponches propinados (87) y juegos ganados (9) en la misma zona de la campaña de 1989, en la cual también fue seleccionado como el jugador más valioso del torneo.

En toda su carrera obtuvo 175 éxitos con 124 descalabros, completó 179 desafíos, propinó 34 lechadas, salvó 16 juegos y su promedio de limpias fue de 3.13 con un 242 de average de contrarios.

Con el equipo nacional asistió a las Copas intercontinentales de La Habana 1979, Edmonton 1981 y 1985, y San Juan 1989; y a los Campeonatos Mundiales de Japón 1980 e Italia 1989, entre otros torneos.

Será recordado, entre otras hazañas, por su actuación memorable en la Copa de Edmonton 1985. Hizo un espectacular relevo en la semifinal y luego lanzó el partido definitorio en el que Cuba obtuvo la medalla de oro.

Julio Romero

Hombre de mucha inteligencia en el montículo, aprovechó el control de sus envíos y su velocidad para alcanzar muy buenos resultados durante su carrera de 15 Series Nacionales con los equipos de Pinar del Río.

Poniendo la bola donde le “dolía” a sus contrarios se ganó un prestigio y llevó en varias ocasiones a su provincia a lo más alto del podio en Series Selectivas.

El natural de Bahía Honda, alcanzó varias veces lideratos en los campeonatos domésticos y lanzó en la Selectiva de 1983 un partido para la historia sin permitir hits ni carreras.

Fue el máximo ponchador en la Nacional de 1974 (160), en las Selectivas de 1975 (85) y la de 1983 (109); líder en juegos completos en la Selectiva de 1980 (10) y en la serie de 1982 (12),  en la cual además fue el líder en promedio de carreras limpias con 1.45; y fue el lanzador más ganador en la Serie Selectiva de 1982 con 11 victorias y un promedio de triunfos de 846.

En toda su carrera ganó 140 partidos y perdió 100, completó 162 juegos, propinó 36 lechadas y dejó un excelente promedio de carreras limpias de 2.31.

Estuvo con el equipo Cuba que participó en los Juegos Centroamericanos de República Dominicana en 1974, México 1975, y Venezuela 1983; en los Campeonatos Mundiales de Cuba 1973 y 1984, Colombia 1976, Italia 1978, y Japón 1980; así como en las Copas Intercontinentales de Edmonton 1981 y Bélgica 1983.

Roque Díaz


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