Una Fiscalía competente, una justicia pareja, le exigiría a Cimex que compense a los afectados con algo. Al menos con un paquete de pollo extra. ¡Al menos eso, por Dios! Pero ni eso.

Un cubano se roba un racimo de plátanos, perjudica el almuerzo de 100 personas, y es llevado ante un juez. CIMEX S.A. engaña, promete, no devuelve el dinero de miles de personas que confiaron en ellos para alimentarse en medio de la pandemia del coronavirus, fueron engañados, y la Fiscalía solo atiende las quejas.

Así parece funcionar la justicia en Cuba: como un embudo.

Pongamos las cosas en contexto. Cientos de personas que devengan su salario en moneda nacional, que viven en la isla y que han logrado, como algunos, reunir un dinero, se ven de pronto encerrados en sus casas por la pandemia del coronavirus.

Sin poder salir a la calle, optando por no arriesgarse a hacer una cola para comprar lo que sea, lo que aparezca, confían en la principal distribuidora de Cuba y hacen una compra virtual. Gastan dinero, en un momento crucial, en alimentos que no le llegan.

Otro caso: un residente en el extranjero se queda sin trabajo por culpa del coronavirus. Se “saca una costilla” enviándole $100 dólares a su familia a la isla para que se alimenten. Estos compran alimentos en Tuenvío (CIMEX) y no les llegan los alimentos. O no les llegan completos. O los más importantes. Nada de aceite. Solo refresco.

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Tampoco les llega su dinero. Las redes sociales, el diario oficialista Tribuna de La Habana, y hasta la propia Fiscalía puede decirlo, son testigos de que cientos de cubanos se han quejado que, en un momento tan complejo como este, CIMEX -por la razón que sea- les ha secuestrado su dinero. Se los ha retenido.

Es más: hay numerosos testimonios de personas que han estado 20 días tratando de comunicarse con CIMEX y no han podido. No han podido hacer siquiera su reclamo.

Para ellos, la respuesta de la Fiscalía es esta: atenderemos su reclamo.

En un contexto ideal, La Fiscalía de Cuba debería poner ante un juez, tal y como pone ante un juez a un cubano que se roba un saco de harina para alimentar a sus cerdos con los cuáles se alimenta él, a que respondiera por algo tan simple como esto: ¿Por qué el sistema de Tuenvío no rebajaba las compras del inventario físico?

Por la torpeza e ineptitud de Cimex, cientos de personas han sufrido en carne propia lo que es una estafa. Una estafa del Estado. Para cualquier cubano es duro, MUY DURO, dar $20 CUC, $40 CUC, a “alguien” para que le ponga en su casa en unos días un paquete de pollo y un litro de aceite, y que pasen los días y que no aparezca ni el pollo ni el aceite. Ni el dinero. Y que tampoco contesten al correo o al teléfono.

Una Fiscalía competente, una justicia pareja, le exigiría a Cimex que compense a los afectados con algo. Un paquete de pollo extra. Un bono de regalo por valor de $20 CUC. Al menos eso.

Pero, estamos en Cuba. Aquí la Fiscalía parece atada de pies y manos para llevar ante la justicia a CIMEX S.A., y apenas aspira a lo que están haciendo: recogiendo las quejas de los clientes.

Por si fuera poco, como nuestra inequívoca de que estamos hablando del Macondo cubano, nadie en CIMEX S.A. ha renunciado. A nadie han expulsado. ¡Bienvenidos a Cuba!, donde todos tus sueños los convertimos en pesadillas.

por Roberto A.

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