Bernie Sanders parece ser el corredor de fondo que va respirando en tu nuca, 300 metros de carrera, y en los últimos 100, te pasa como un bólido por el lado.

Sanders sigue estando “ahí”. Al parecer pudiera desbancar a Joe Biden y a Elizabeth Warren. Es el más izquierdista de todos, y el más peligroso para el llamado “establishment”.

La política en Norteamérica es impredecible. Y no lo digo porque Bernie Sanders haya ganado las primarias demócratas de New Hampshire; lo digo por los vaivenes y sorpresas que a menudo nos deparan las elecciones en los Estados Unidos.

¿Lo dudan? Pensemos en el 2016. Nadie apostaba un peso en las primarias republicanas por Donald Trump. Trump, sin embargo, le pasó a todo el mundo por arriba. En la Florida aplastó casi por el doble de votos al senador Marco Rubio. Las primarias republicanas fueron un show. Los debates -todos- estaban más enfocados, como casi siempre sucede, en hacerle daño al rival y no en proveer un  discurso coherente para mejorar la vida de los norteamericanos. Ganó el que menos se esperaba que ganara.

Trump no logró construir el muro; tampoco “drenó el pantano”, pero ahí está, a pie de cañón, a punto de dirigir la nación cuatro años más, amparado por una economía con buenos números, desempleo bajo, crecimiento de empleos… ¡y hasta un tratado de comercio con China!

¿Su futuro rival? Es aún incierto, pero la victoria de Bernie Sanders, quien cayó derrotado ante Hillary Clinton en el 2016, le abre grandes caminos para enfrentar a Trump en el 2020.

Bernie Sanders, el incombustible

Nadie hubiese creído que Bernie Sanders llegaría al 2020, otra vez, con intenciones de convertirse en presidente de los Estados Unidos.

Una vez definidos todos los posibles candidatos demócratras, se habló de Beto O´Rourke, joven, ambicioso y con carisma. De Kamala Harris se dijo que era “muy fuerte” para Trump, y del resto destacaron siempre Elizabeth Warren y el exvicepresidente en la época de Obama, Joe Biden. Y de Bernie Sanders.

Ahora, dicen, Joe Biden anda en el 4to puesto de las encuestas. De la Warren se habla menos. Los que más suenan son Michael Bloomberg, multimillonario; y Bernie Sanders, un antiestablishment sin el dinero necesario para correr una campaña como la que se le avecina.

Así y todo, la victoria de Sanders en New Hampshire pudiera enfocar los esfuerzos demócratas en la única dirección que parece importarles: salir de Donald Trump. Lo intentaron con el impeachment y no pudieron. Ahora, los votantes de New Hampshire han hablado, Bernie Sanders es la opción. O una de ellas.

El problema con Sanders, dicen, es que “es demasiado viejo” y “comunista”. Eso dicen sus contrarios.

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Sin embargo, ahora ganó las primarias demócratas en New Hampshire con el 25.7% de los votos, seguido por Pete Buttigieg, quien obtuvo el 24.4%; mientras, Joe Biden fue el gran perdedor de la noche, tras conseguir apenas el 8.4% de los votos (un punto más arriba quedó Elizabeth Warren, con 9.3% de los votos) y este resultado es peor que el obtenido en Iowa, donde quedó en cuarto puesto.

“Esta victoria aquí es el principio del fin para Donald Trump”, dijo Sanders posteriormente, a la vez que prometía crear un “movimiento político multirracial sin precedentes” para derrotar al actual mandatario republicano.


Sí, la política norteamericana tiene sus encantos. En el 2016 el voto “rural” le dio el triunfo a Trump, y ahora nadie se explica cómo Elizabeth Warren cayó al 4to puesto.

En lo que sí parecen coincidir muchos es en el hecho de que esta derrota pone en serios compromisos -y en peligro- su carrera por el cupo demócrata hacia la contienda oval.

Sin Biden y Warren, ¿será Sanders el futuro rival de Trump?

La inmensa mayoría de los seguidores de Sander son jóvenes

A finales de enero, los sondeos apuntaban a una estrecha carrera de Sanders con el exvicepresidente Joe Biden por la nominación demócrata; pero estos golpetazos sufridos por Biden -muy probablemente un efecto boomerang por el tema del juicio político contra Trump- y el hecho de que Warren no despegue, le despejan la pista a Sanders.

Lo más interesante es que “el viejo Sanders” parece ser, de alguna manera, el preferido entre los millenials. Parece ser el más antisistema de todos. El hombre que verdaderamente puede y quiere drenar el pantano. Lleva años diciéndolo; lleva años preguntándose por qué la riqueza de los EE.UU. no le permite cubrir garantías básicas de educación y salud para sus ciudadanos, como las poseen el resto de las naciones desarrolladas. Sanders es el gran rival de las megacorporaciones; de los ricos que no pagan impuestos; de las armas; amigo de los más pobres; de afrodescendientes y latinos; de jóvenes; de toda la gente antisistema.

Hay promesas incumplidas por Trump que algunos, en el 2020, le echarán en cara en las urnas. Hay un fuerte grupo que parece no articularse en contra del inquilino de la Casa Blanca. No pocas señales recientes “dicen” que un buen rival demócrata pudiera hacer correr a Trump.

Los más conocedores dicen que ese es Sanders, todo un estudioso del sistema; sin muchos pelos en la lengua y nada que perder. Lleva años perdiendo, pero sigue en la carrera, y este año pudieran premiarle tanta perseverancia y esfuerzo. ¿Logrará llegar él primero a la meta demócrata y a la Casa Blanca después?

por Roberto A.


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