El feminismo en Cuba alcanza protagonismo. La joven Samantha Olazábal es parte del grupo uVe, que promueve el uso de copas menstruales en la isla
La Manada, un grupo feministas de cubanas, lanzó su primer performance en Facebook con un fragmento de la canción “Mujeres”, del cantautor cubano Silvio Rodríguez. El video de “Un violador en tu camino” denunciaba la violencia contra la mujer, el machismo y pronto atrajo la atención de decenas de féminas más, simpatizantes con la causa.
Samantha Olazábal se inició en estas labores con aquel video. Ella y un grupo jóvenes son de esas “creadoras indisciplinadas” dedicadas a visibilizar el movimiento feminista en Cuba y sobre todo a ayudar a las mujeres.
El primer video que hicieron con La Manada fue gracias a la ayuda del Instituto Superior de Arte (ISA) que les permitió hacerlo en sus instalaciones.
−Se materializó la idea de hacerlo viral alcanzando altos niveles de visibilidad. Fueron varias las referencias que nos hicieron sitios online como una muestra amateur, nunca vista en el país.
uVe y las copas menstruales
La más reciente iniciativa feminista desde la isla ha sido promover la utilización de las copas menstruales porque “aunque conozcas las copas y tengas el dinero, en Cuba no existen, ni tenemos dónde comprarlas”. Este nuevo proyecto está a cargo de un grupo nuevo próximo a presentarse en las redes sociales llamado “uVe”, promovido por Samantha y unas amistades.
El lugar escogido fue el California Café y aunque toda la actividad se preparó en apenas dos días, la acogida del público fue sorprendente.
−Las copas llegaron el jueves. El viernes hicimos el cartel, lanzamos la convocatoria, y el sábado nos pusimos en marcha.
Según nos comenta, la idea surgió por un amigo que le trajo su primera copa menstrual hace tres años y le habló de que existía la posibilidad de conseguir donaciones para Cuba.
−Mandé un video explicando cuál era la situación en nuestro país con las almohadillas, los tampones y con los productos sanitarios en general. A los tres días de haber lanzado el crowdfunding llegó una caja con las primeras cien copas.
A la pregunta de por qué elegir estos útiles de silicona responde:
-Quienes ya la tienen creen que ha cambiado su vida desde el lado positivo. Existe la comodidad de conocer tu cuerpo, cómo funciona y las particularidades de tu ciclo menstrual. Por eso pensamos en que se conociera, porque esto una solución, aunque no significa que las personas tengan que convertirse a la copa, pero si es importante que tenga la posibilidad de usarla.
Una vez que en sus manos estuvo la primera caja conversó con sus compañeras y comenzaron a planear cuál sería el rumbo de la carga. Llegaron a la idea de compartirlas. “Entregamos las copas, respondimos preguntas, y al final hicimos como seis grupos. En total se repartieron más de 150”.
A partir de lo ocurrido en California Café han recibido mucho apoyo. Varias muchachas les han escrito pidiéndoles que vayan hasta Santiago de Cuba, o Camagüey.
−Nuestro objetivo es que esto continúe. Por eso estaremos trabajando en un próximo crowdfunding que vamos a lanzar esta semana para recibir más copas.
Explica que la novedad, ahora, sería que el clip dure más a la vista porque la primera plataforma utilizada, GoFundMe, debido a sus prohibiciones de usarla para canalizar donaciones hacia Cuba hizo lo desaparecer en pocas horas.
-Ahora se hará en Verkami, que ya tenemos experiencia, para ver si recibimos mayores respuestas y pueda funcionar muchísimo mejor. Sobre todo porque ya poseemos documentación de la acogida de nuestra experiencia inicial.
Para ellas, las plataformas digitales hasta ahora han sido claves en el desarrollo de las actividades. Le brinda la oportunidad de conocerse, encontrarse y organizarse mejor. “En parte eso explica porque en este año hay tantos movimientos y todo ha ido funcionando”, declara la joven.
Las feministas en Cuba aún tienen mucho por recorrer.
−Mientras haya una sola muchacha en un lugar específico que nos pueda conectar con su comunidad, llegaremos a ella donde sea. Trabajamos para toda persona que se pueda beneficiar de las cosas que hacemos a partir de lo que creemos y lo que pueda ser importante ayudar”.
Samantha, y el trabajo que realiza poco a poco se ha ido convirtiendo en una de “esas desconocidas (…) que no hay libro que las aguante”, como en los versos de la canción de Silvio.
Vladia Rosa García