Bustos y estatuas de José Martí fueron vandalizados en La Habana, “al amanecer del 2020”, según publicó a través de las redes sociales el grupo responsable del sabotaje, que se hace llamar “Clandestinos”.
“Así amaneció La Habana” y “calentamos La Palma, La Policía del Cerro, El latino, Alta Habana y otros”, publicó en Facebook Clandestinos, y añadió unas fotos de varios bustos de Martí bañados en rojo.
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No fueron pocos los que condenaron el escarnio contra el Apóstol, una acción que Clandestinos justificó como “un grito de guerra contra la dictadura y un llamado al pueblo al clandestinaje”.
Otros, por el contrario, les sugirieron dejar al apóstol tranquilo y hacer eso contra otras figuras de la historia en Cuba, y mencionaron los nombres de Fidel Castro y Ernesto “Ché” Guevara.
Se desconoce quiénes son los integrantes de este grupo, que alegan que “la sangre en el apóstol no es una afrenta”.
Sin embargo, su acción ha sido repudiada desde “ambas orillas”. Muy poco apoyo ha encontrado Clandestinos con esta acción, y tampoco le servirá de mucho deslindarse de la oposición tras decir que no son oposición, sino simplemente Clandestinos.
Para nada, esto es una falta de respeto total, primero que todo al más grande de todos los #cubanos. Si te levantas y tienes la puerta de tú casa así, que harías? Es un acto de cobardía, además no sé calentaron, vivo en altahabana y aquí hay tremendo relajo y fiesta. #2020
— Ernesto Alejandro (@Ernesto10595886) January 2, 2020
El Decreto-Ley aprobado que endurece sanciones contra quienes cometen este tipo de vandalismo contra los símbolos nacionales parece ser muy claro. Una afrenta de tal magnitud contra el Apóstol seguramente le acarreará a quien la cometa sus buenos diez o quince años de cárcel; si es que no les da por aplicarles el cargo de “terrorismo”.
En honor a la verdad, Martí es la más grande figura de la historia patria cubana. Un héroe cabal, tanto como Céspedes, Ignacio Agramonte, Carlos Manuel de Céspedes, Antonio Maceo, y más recientemente Camilo Cienfuegos. Su imagen de revolucionario impoluto no podrá ser manchada con gestos y actos de este tipo, que seguramente encontrarán en las autoridades de la isla la más severa de las sanciones.
Ay de aquel que sea sorprendido cometiendo tal fechoria contra los emblemas de la patria cubana, de veras no quisiera estar en su pellejo.