El abogado le dijo que no tenía obligación legal de hacerlo, pero el hombre dijo que era su deber moral devolver el tesoro que había encontrado dentro de uno de los cojines del sofá.
Un hombre que encontró $43,000 dólares dentro de un sofá que compró en una tienda de segunda mano, devolvió el dinero a su legítima dueña, la antigua propietaria del sofá, en un hecho que llama la atención y mueve a los aplausos.
El hombre se quedó con el sofá, que era lo suyo, sin embargo devolvió el dinero que no le correspondía, y lo más curioso: la dueña del sofá ni siquiera sabía que el sofá “estaba premiado”, pues este era propiedad de su abuelo, ya fallecido.
“Es una locura. Es completamente increíble”, expresó esta entre lágrimas a los medios al recordar los hechos.
Michigan man returns money after finding $43,000 in couch he purchased at thrift store https://t.co/dAWl7V3BFz pic.twitter.com/THolLu8aI1
— FOX31 Denver KDVR (@KDVR) January 17, 2020
El anciano al parecer tenía la costumbre de guardar el dinero en los cojines del mueble, pero murió sin poder disfrutarlo y tampoco pudo revelar a sus descendientes dónde se encontraba el tesoro escondido, ascendente a $43,170 dólares.
Fallecido el anciano, el sofá pasó a manos de su nieta, Kim Fauth-Newberry, quién lo cedió a la tienda de segunda mano Habitat for Humanity ReStore en Owosso, Michigan, el pasado mes de diciembre. Días después apareció en el establecimiento Howard Kirby y se compró el mueble.
Días después, en la casa, su nuera sintió algo incómodo en uno de los cojines, lo abrió y se encontró el dinero. Kirby, entonces, decidió contactar de inmediato a la tienda de segunda mano, interesado en devolver los $43 mil dólares al propietario original.
“Todavía tengo que pellizcarme para asegurarme de que no estoy soñando o algo así”, contó Kirby a CNN, este hombre honrado residente en Michigan, quien se ha vuelto noticia al devolver lo que se encontró dentro de un sofá que ni siquiera la antigua dueña sabía que contenía una verdadera fortuna.
Fíjense qué interesante: Kirby no es precisamente una persona adinerada; de hecho, téngase en cuenta que compró un mueble en una tienda de segunda mano.
Su abogado, incluso, le dijo que tampoco tenía la obligación legal de devolver ese dinero, pues estaba dentro de un mueble que le pertenecía, y por el cual él había pagado una suma de dinero. Era un sofá de su propiedad, desde el cojín de la extrema izquierda hasta la pata del extremo derecho. Así y todo él sintió que moralmente debía hacerlo, y le dijo a su abogado que lo devolvería.
“Yo sé lo que es perder algo y nunca recuperarlo”, dijo este hombre que ahora mismo, si se pudiera, se le colocara una medalla.
El gerente de la tienda, Rick Merling, dijo que lo sucedido le parecía conmovedor: “Para mí, es alguien que, a pesar de lo que está pasando, y a pesar de sus propias necesidades, dice ‘voy a hacer lo correcto'”.
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