El último deseo de la llamada Vedette de Cuba, es que sus restos fuesen sepultados en el país en el cual vivió la mayor parte de su vida. EPD, Rosita Fornés.
Los restos de la vedette cubana Rosita Fornés, fallecida este 10 de junio de 2020 en la ciudad de Miami, regresarán a Cuba para su descanso eterno.
Así lo dio a conocer en un comunicado el Ministerio de Cultura en la isla, en el cual señala que se hará así para “cumplir con la última voluntad” de la destacada bailarina, cantante y actriz.
“Sus restos descansarán en Cuba” expresa el MINCULT en el comunicado que millones de cubanos, residentes en la isla y fuera de esta, no hubiesen querido jamás escuchar o leer.
La nota expresa que una vez cumplidos “los requerimientos de rigor en las actuales circunstancias” los restos de esta leyenda de la Cultura Cubana “serán trasladados de Miami, Estados Unidos a Cuba, donde se le tributará el homenaje que merece en una ceremonia”.
La nota oficial resalta la enorme pérdida para la cultura cubana que representa el deceso de Rosita, una verdadera diva sobre las tablas. Una mujer que “plasmó su maestría en más de cuarenta zarzuelas y operetas, dramas, comedias, revistas, filmes que encontraron en ella la excelencia de la interpretación, así como las romanzas, el cuplé, el tango y la balada.”
“No volverá físicamente a los escenarios, pero las generaciones que pudimos disfrutarla, lloraremos su pérdida. Se entristece hoy la cultura cubana”, apunta el comunicado que habla de los múltiples premios recibidos por la destacadísima figura, reconocida por el pueblo como “La Vedette de Cuba”.
La nota oficial destaca las condecoraciones recibidas por el Estado cubano, entre las que destacan las Órdenes Félix Varela, Ana Betancourt y Lázaro Peña, la Medalla Alejo Carpentier, entre otras.
Su versatilidad y profesionalismo en cada una de sus entregas, hizo de Rosita una preferida del público donde quiera que se presentó. Triunfó en países como México, España y EE.UU., pero fuera de las tablas, supo ganarse el afecto y el cariño de su principal plaza: Cuba. Y triunfó antes de 1959 y continuó triunfando allí, muchísimo tiempo después.
Rosita pudo, como ninguna otra actriz y cantante de Cuba, consolidar el cariño de un pueblo que siempre la admiró como una más de los suyos. Quienes la conocieron fuera de los papeles que interpretó, y coincidieron con ella en algún momento de su vida, destacaron siempre en ella el amor y la sonrisa que brotaba a flor de piel en todo momento.
“Conocí a Rosita, no en el ICRT, sino en una cola de la Oficoda,” dijo a Cubacomenta un amigo que trabajo durante la década del 70´y el 80´en el Instituto de Radio y Televisión.
“Lo que más me gustaba de ella es que saludaba a todos como si fueran amigos entrañables. Excepto en el cine o en el teatro, nunca la vi seria o triste. Aparte de Consuelito (Vidal) nadie como ella para entregar y recibir amor de su público. Se extrañará siempre, donde quiera que esté”.