Leo sale de la consulta del hospital sintiéndose peor de lo que entró. Llegó para tratarse una depresión causada por estrés y que le impide dormir. La psiquiatra que le atiende le comunica, con mucha pena, que no hay ningún somnífero ni ansiolítico en las farmacias para tratar su dolencia. Alprazolam, clordiazepóxido o cualquiera de sus similares no existen prácticamente en Cuba. “Toma cocimiento de tilo con hojas de naranja, eso te relaja”, le dice la doctora. ¿Habrá relajación posible con estos truenos? ¿Tendrá que acudir a Revolico?

Sheyla está embarazada de gemelos y necesita una administración diaria de suplementos de hierro y ácido fólico, pero tampoco existen. Esos medicamentos antes eran entregados de manera gratuita a cada embarazada a través del consultorio del médico de la familia. Eso hace mucho tiempo que no sucede. Le precisan en el policlínico que trate de conseguirlas porque las necesita, pero no hay. ¿Qué hacer?

Recientemente el Noticiero Nacional de Televisión publicó un extenso reportaje sobre la medicina verde con imágenes de una de las farmacias que expenden este tipo de remedios en la capital. Una amplia variedad de productos podían verse a través de los telerreceptores, así como a expertos en esa materia tratando de convencer a las personas de los beneficios de esta práctica.

Al respecto Horacio, un jubilado de 75 años, reclama con razón que hay enfermedades que no pueden ser tratadas únicamente con esta alternativa. Infecciones grandes o la diabetes crónica, por ejemplo. “Para eso los laboratorios han creado e inventado los medicamentos. No todo se resuelve con hierbitas”, asegura.

Y es que ni en las llamadas farmacias internacionales, las más famosas de La Habana ubicadas en el hospital Cira García y en el hotel Habana Libre, se encuentran los fármacos que ahí se expenden casi siempre a precios exorbitantes.

Una fuente que trabaja en ese giro confirmó a Cubacomenta que por falta de pago a los proveedores hace meses que estos no envían productos. “Ni hay esperanzas”, concluyó.

En Revolico hay de todo…

Revolico, ese espacio donde se compra y se vende de todo, ha surgido como una farmacia oculta en la que se ofertan todo tipo de medicamentos, incluso algunos para los que se necesita receta médica.

Potentes analgésicos, antimicóticos, antibióticos, vitaminas, suplementos, cremas… cualquier carencia está cubierta en ese mercado con precios elevados para el alcance del bolsillo del cubano de a pie… pero es una opción en momentos de crisis. Incluso ofrece en la mayoría de los casos servicios de mensajería por un costo adicional.

Una intoxicación alimentaria provocó un brote de ronchas en la piel de Flavio y un prurito intenso. Requería antihistamínicos y no hay en ninguna farmacia. Un simple repaso a Revolico permitió a su madre encontrar la medicina: a un CUC el blíster de 10 pastillas. Solo levantar el teléfono, llamar al proveedor e ir a recoger la medicina si la necesita en este momento. “Si no, esperas a mañana y por tres CUC te lo lleva el mensajero”, le dicen del otro lado.

En menos de una hora ya tenía la medicina en sus manos y el pequeño y su mamá pudieron dormir esa noche.

En una situación similar estaba Robertico. Su columna le duele incesantemente y necesita analgésicos, preferiblemente diclofenaco. Una simple búsqueda en la red de ventas permite hallarlo de varios tipos: sódico, potásico o de tipo Bicomplex Max forte plus, es decir con vitaminas añadidas, a precios que oscilan entre un CUC y 2.50 las 10 píldoras.

Vitamina C, aceite de hígado de bacalao, ácido fólico y fumarato ferroso, todo se puede localizar en esta farmacia online.

Entre los antibióticos que más se buscan en Revolico están la cefalexina, ciprofloxacina, tetraciclina, azitromicina y la amoxicilina.

Para los niños, ibuprofeno y paracetamol en jarabe, secnidazol y vitaminas de gomitas de sabores para subir las defensas, eso a 15 CUC.

Óvulos de metronidazol, nistatina, floucinolona o clotrimazol, así como la demandada pomada de aciclovir se encuentran en disímiles precios, según la cantidad que prefiera el cliente. Los costos oscilan entre cinco y diez CUC.

Mercado sin recetas

Desde su apartamento de la calle Línea, Eduardo tiene una farmacia online. Su surtido de medicamentos abarca todas las especialidades, incluso medicina natural y un multivitamínico con B12 y minerales que, según manifiesta, es un reconstituyente cerebral, anti anémico, mejora el desarrollo físico, alergias, agotamiento, depresión, estrés, trastornos hormonales, menopausia, infertilidad, inapetencia e impotencia sexual. Cien capsulas de ese complemento casi “mágico” las ofrece en 12 CUC.

Eduardo explica a Cubacomenta que la mayoría de los medicamentos los trae de México. Ahí tiene algunos proveedores que los consiguen, sobre todo los que se expenden por receta. Las vitaminas, muchos antihistamínicos y hasta algunos antibióticos los compra en las farmacias con facilidad y a buenos precios. También tiene personas que los importan para él: “no puedo pasar tanto medicamento por el aeropuerto”.

Confiesa que el negocio le ha rendido tanto al punto que hace sus viajes mensuales a la tierra mexicana prácticamente para algún encargo específico de otra índole y para las medicinas.

“Acá en casa solo recepciono las llamadas de los clientes y atiendo a alguno que venga a buscar. Pero son los menos, pues tengo un mensajero que se ocupa de repartir todo en las tardes. El costo de la entrega es de acuerdo al lugar de residencia del interesado”.

Los medicamentos más solicitados son los antibióticos y los óvulos. Pero ahora hay una demanda enorme de permetrina en crema al cinco por ciento y loción de zinc y calamina por un brote de sarna que hay en La Habana. “No me dan abasto las que traigo. Las pomadas cuestan 15 CUC y la loción 10”.

Aunque pueda parecer irresponsable vender o comprar medicamentos sin receta médica, lo cierto es que esta es la única manera que tenemos hoy los cubanos de adquirir algo tan vital. Las farmacias están totalmente desabastecidas. Son penosas las larguísimas colas de ancianos y necesitados en general el día que “surten los medicamentos”. Y lo peor es que los malos augurios al respecto parecen no tener fin…

Flavia Viamontes


 

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