Oficiales del Ministerio del Interior y la PNR en Villa Clara, a través de un trabajo operativo secreto desarticularon una casa almacén que sostenía un negocio ilícito de venta de partes y piezas de automóviles en el llamado mercado subterráneo.
Las piezas, sin embargo, no se encontraban bajo tierra, sino en el interior de una casa que según el reportaje de la prensa oficialista “la estaban utilizando como almacén de piezas y accesorios de diferentes tipos de carro, ya sea de Lada y Moskvich.”
El reportaje señala que la mayoría de las piezas eran “importadas” aunque en el momento de ejecutar el registro se hallaron otras que son comercializadas en el país.
En total, los oficiales del Ministerio del Interior encontraron 218 distintos tipos de partes y accesorios de automóviles, una cantidad que en su conjunto sumaba varios millares de piezas.
Los dos ciudadanos acusados hasta el momento alquilaban esta vivienda por el valor de 400 pesos mensuales, con la justificación de vivir en ella. Asimismo, ocultaban la venta de su mercancía con una licencia de productores vendedores de accesorios de goma, una actividad que no contempla la comercialización de partes y piezas de vehículos automotores.
El reportaje culmina diciendo que “ambos implicados deberán responder en los tribunales por el delito de actividad económica ilícita”, mientras avanzan las investigaciones para determinar otras responsabilidades y el origen de estos productos desde Villa Clara.
No es este el primer reportaje de su tipo en Villa Clara en los últimos días, donde al parecer la PNR ha despertado de la modorra que la caracteriza o como bien señalan algunos solo ha cambiado de “modus operandi”, y ahora se ha aliado con la prensa oficialista para exponer ante el pueblo “sus logros”, que en realidad son bien pocos y casi siempre no los alcanzan por la labor que ellos realizan, sino porque alguien da el conocido “chivatazo”.
El intento de demostrarle al pueblo eso, y que los culpables de la escasez económica en el país son el embargo y los ladrones, hace muy poco efecto, pues todos los días se suceden los hechos delictivos en una isla donde, casi el 90% de su gente tiene que delinquir o contribuir a la delincuencia de alguna manera para sobrevivir.
Algunos compran mercancía – alimentos incluso – por canales “no establecidos”; otros se roban “algo” en su centro de trabajo para vender y tener dinero para comprar comida; y todos en general de alguna manera contribuyen al fenómeno.
por Roberto A.
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