Periodista Mónica Baró es amenazada doblemente: por un civil y por agentes de la policía
Los represores han estado siempre ahí, para intentar silenciar las mejores voces de Cuba. Hoy la periodista amenazada es Mónica Baró Sánchez. En octubre pasado ganaba el Premio Gabo 2019 por un reportaje sobre el envenenamiento con plomo en un barrio de La Habana.
La joven periodista ha posteado la denuncia en su perfil de Facebook. La han amenazado por contar lo que realmente está sucediendo en la isla donde nació, la situación a la que se enfrentan cada día millones de cubanos en medio de la pandemia de coronavirus. Pero la honestidad, la ética profesional y la llamada Revolución de 1959 no se llevan bien. El gobierno de Cuba prefiere a la prensa oficialista, la que los aplaude y les esconde cada una de sus incontables miserias.
Ahora la periodista ha sido amenazada por, quizás, un “aguerrido combatiente revolucionario”. Al sujeto en cuestión no le agradaron las fotos que Mónica Baró tomaba desde la ventana de su casa. Explica la colega desde La Habana: “Me dijo que si veía su foto publicada vendría a buscarme, que sabía donde vivía”.
En la esquina de la casa de la periodista amenazada hay un mercado y desde muy temprano las personas se agolpan para conseguir un turno. Era eso lo que ella captaba con su celular.
Refiere Mónica que cuando la policía apareció y se dispuso a organizar el tumulto, “el mismo hombre que me había amenazado va a ver a uno de los oficiales para decirle, como si yo hubiera cometido un delito, que yo había hecho fotos. Le digo al policía, desde mi ventana, que él me amenazó, que yo no he cometido ningún delito. Y qué hace el policía? Amenazarme con llevarme. “Te voy a sacar, te voy a sacar””.
A estas dos amenazas se sumó un añadido: “¿Saben qué fue lo peor? Que no hubo una sola persona que me defendiera. Una sola. De hecho, cuando el policía me amenazó con sacarme de mi casa, hubo gente que empezó a gritar que me fuera a limpiar”.
Mónica Baró ya fue interrogada el pasado 17 de abril y las autoridades le impusieron una multa de 3 mil pesos, en base al artículo 68 del Decreto Ley 370. Según ellos, por “difundir, a través de las redes públicas de transmisión de datos, información contraria al interés social, la moral, las buenas costumbres y la integridad de las personas”.