Si algo sobra en Ciego de Ávila son machetes y azadas para limpiar los campos, porque no hay suficientes herbicidas y la yerba empieza a crecer aceleradamente, dijeron en una reunión para chequear los planes en el sector agropecuario de varias provincias cubanas.
Fue una de esas acostumbradas sesiones sobre la agricultura cubana, en las cuales se repasan los problemas en la producción de alimentos y que suelen terminar con exhortaciones como “continuar produciendo”, o garantizar el consumo nacional, que luego serán repetidas en próximos encuentros.
Con dificultades para garantizar los recursos que necesitan para hacer producir las tierras, en Ciego de Ávila tienen el remedio perfecto para combatir las malas yerbas que amenazan los cultivos, explicó Orlando Pérez Pedreira, el delegado de la Agricultura en ese territorio.
“Ante el déficit de herbicidas y el incremento del enyerbamiento de los cultivos, la provincia dispone de 50 000 machetes y unas 2 400 azadas, empleados en la limpia por los propios obreros vinculados al área y a las movilizaciones populares”, cita el diario Granma.
Mucho “hierro” para intentar impulsar la agricultura cubana y en especial de esa provincia, donde el medio oficialista afirma que “están creadas las condiciones para lograr el incremento a partir de las potencialidades de las tierras y la experiencia de la fuerza laboral del ramo”.
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Ante esa carencia de fertilizantes, pudieran sumar allí otra estrategia que, aunque no es la “más adecuada”-afirma Granma-, llega desde las altas esferas de dirección de la isla, el vicepresidente Salvador Valdés Mesa, quien “reflexionó que ante la falta de fertilizantes no queda otra alternativa que el aumento de las áreas de siembra, pues, aunque no es la estrategia más adecuada, constituye una de las formas para paliar los bajos rendimientos”.
Pero machetes, azadas y más tierras cultivas hacen necesario más brazos para asumir esta tarea encomendada a la agricultura cubana de brindar más alimento a la población, y Ciego de Ávila reportaba días atrás una falta importante de fuerza trabajo, que estaba lejos de cubrirse, pese al “llamado de la dirección del país a reubicar a trabajadores interruptos, de sectores paralizados o que disminuyeron sensiblemente su actividad a causa de la COVID-19”, afirmaba el medio provincial Invasor.
El llamado desde “arriba” -como los cubanos nombran a las órdenes que llegan de algún jefe-, no había sido muy escuchado el 23 de mayo cuando se publicó la información bajo el título “Demanda Agricultura avileña fuerza de trabajo disponible”.
Invasor decía que “todavía no ha calado lo suficiente en Ciego de Ávila, pues, del total de 1 673 demandados para las actividades agrícolas, hasta la fecha, solo 73 se han presentado”, correspondientes a entidades de la Industria Ligera y el Turismo, que fueron empleados en los polos productivos de las Empresas Agroindustrial Ceballos y Agropecuaria Cubasoy.
Pero a pesar de estos inconvenientes, Granma cita la confianza de los avileños, cuya “respuesta más contundente” al reclamo de producir más alimentos es sembrar “más de 4 200 hectáreas de cultivos varios, sin que el resultado aún satisfaga la demanda de la población”.
Julio Linares
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