Aunque en el cartucho no figura el rostro de Sanders, los Kentucky Fried Chicken a lo cubano gustan mucho en la isla
Kentucky Fried Chicken a lo cubano. Últimamente se ha puesto de moda este plato entre los cubanos. Aunque no vienen de Kentucky ni tienen el mítico rostro del coronel Sanders en su envoltorio, los sabrosos pollos chiflados criollos están arrasando entre la población capitalina.
Preparados especialmente en las cafeterías particulares, tres o cuatro piezas grandes de carne enharinada y frita, se sirven en un cartucho, acompañados de una salsa especial –generalmente de elaboración casera- y papas o boniatos fritos, dependiendo de la temporada.
El Parque de la Fraternidad y el Boulevard de San Rafael son la meca de este Kentucky Fried Chicken a lo cubano. Casi cualquier cafetería privada en esas inmediaciones puede ofrecer el crujiente manjar por 50 pesos cubanos.
Pero sin dudas, los más famosos son los de La Francesa. Con casi cinco años de creado, el lugar fue de los pioneros en la venta; inspirado, claro está, en los famosos Kentucky Fried Chicken.
“Al dueño se le ocurrió la idea y compró las primeras cajas para probar. La aceptación del público fue inmediata: al estar en medio del Boulevard, la cantidad de transeúntes era enorme y las ventas se dispararon”, explica la dependienta.
Adobados en una salsa de cítricos muy cubana, en la cual se incluyen comino, ajo, cebolla y pimienta, no es de extrañar que al morderlos se vuelvan irresistibles y, por ende, se hayan hecho tan populares.
El responsable de una cafetería al costado del Palacio Central de Computación, cuenta cómo el Kentucky Fried Chicken a lo cubano se convirtió en su producto estrella: “Esta es una zona que siempre está llena de gente. Al mediodía, quienes están cerca buscan un lugar para almorzar, y en eso llegan aquí o al establecimiento de al lado. Si lo piensas bien, es económico, se sirve una buena cantidad y es comida caliente, eso la gente lo valora mucho. En las noches es igual, nosotros trabajamos las 24 horas y no podemos estar, ni de madrugada, sin ellos”.
Las cajas de pollo cuestan 25 CUC. “Siempre me fijo que los muslos sean grandes, pues aunque a las personas les guste la capa crujiente, es importante hacerla fina, de esa manera los clientes no se sienten estafados”, concluye.
Transportistas, vendedores ambulantes, vecinos y paseantes ocasionales suelen comer Kentucky Fried Chicken a lo cubano. Julián, conductor de bicitaxi que estaciona en las inmediaciones del establecimiento comercial La Isla de Cuba, nos comenta que “es un trabajo muy duro, los pollos fritos me salvaron la vida. Por muy malo que vaya el día, siempre tengo los dos CUC para comprar una ración. Es mi almuerzo diario”.
Por su parte, Angélica admite acudir a estos establecimientos cuando “no quiere cocinar. Están muy bien aliñados, no tienen la peste a grasa vieja de cuando fríen una y otra vez en el mismo aceite y cuando los pruebas, ¡sin palabras! ¡Sencillamente exquisitos!”
El número de establecimientos crece y cada vez son más quienes mueren por probarlos. Otro símbolo mundial, a la particular manera criolla. ¡Embúllate a saborearlos!
Texto y fotos: María Carla Prieto
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