Otra vez el periodista oficialista cubano Julio Martínez Molina vuelve a meter la pata en el diario 5 de Septiembre y ahora habla de cola y hambre en EE.UU.
Ya metió la pata cuando arremetió contra la popular presentadora Edith Massola, y lo ha hecho de nuevo cuando, para ejemplificar “el hambre” en los EE.UU., utiliza una foto de una cola normal, común y corriente, en un Walmart. También lo hizo, cuando acusó sin pruebas a Alexander Otaola de ser un “corruptor de menores”.
En esta ocasión, la más reciente, pero sin dudas que no será la última porque Julito anda necesitado de protagonismo y que le den una casa o un auto, el medio ADN le contestó, a su modo, sin decir que Julio Martínez no ha viajado nunca fuera del territorio nacional, algo que sin dudas debería hacer y pronto, si es que se va a dedicar de tanto en tanto a criticar al Tío Sam.
https://www.facebook.com/ADNCuba/posts/1500444333453181
Tres de sus colegas de trabajo afirmaron – bajo anonimato, es entendible – que ya estos prontos de Julito tienen al 5 de Septiembre con la moral por el piso. Una de “las fuentes”, una periodista de recia trayectoria dijo que “jefe es jefe, aunque sea en calzoncillos“, mientras que otro expresó que “Julito escribe de lo que le da la gana, y nadie le dice nada“.
Bien, habría que decirle a Julio Martínez que, esa cola, la de la primera foto, no es una cola del “hambre” precisamente.
Habría que explicarle a Julito que antes de hablar de las “colas del hambre” en EE.UU., tiene que explicar por ejemplo qué son los Bancos de Comida, si es que pretende ejemplificar la “hambruna en EE.UU.” con una foto de los llamados Bank Food.
En su maltrecha nota, Julito no menciona que hay 30 millones de personas sin empleo en los EE.UU., cuyos recursos financieros ahora, evidentemente, como sucede en cualquier parte del mundo, están limitados; personas que acuden a estos Bancos de Comida no precisamente porque tengan hambre, sino por ahorrar dinero, ahora que están sin empleo.
Pero, ¡qué bien que hay Bancos de Comida! donde regalan, NO VENDEN, regalan, comida.
En Cuba, Julito, no hay bancos de comida, y la gente hace cualquier cola por cualquier cosa que sea gratis, si es que dan alimentos gratuitamente, porque debo recordarle a Julito, que a diferencia de EE.UU,. en Cuba no regalan alimentos, los venden; debo aclararle a Julito que, durante los días posteriores al tornado que azotó La Habana en enero de 2018, fueron varias las personas que denunciaron que se les prohibió entregar alimentos de manera gratuita a la población.
Hay que explicarle a Julito que, en esas “colas del hambre” hay decenas de personas que como mi suegra Gina, no tienen hambre, pero que aprovechan “el regalo” que les da el tío Sam. Gina tiene su refrigerador lleno, pero la semana pasada aprovechó que regalaron comida en el Hialeah Park Casino y hasta allá fue, para asegurarse un ahorro de $50 dólares. Gina trabaja 40 horas a la semana, gana $12.50 por hora, pero desde hace doce años dice que, donde regalen comida, ahí está ella.
Dice Julito que “grandes fotorreportajes de The New York Times, Los Angeles Times, San Diego Tribune, El Diario La Prensa u otros rotativos estadounidenses incorporan de forma habitual las imágenes de colas inacabables; ya sea en filas humanas o en filas de autos.”
8,40 millones de habitantes tiene Nueva York; 4 millones tiene Los Ángeles; San Diego 1,42. ¿Qué son 4 mil carros en cualquiera de esa ciudad, en fila, organizadamente, comparados con las 500 personas de esta foto; encimadas como aves de corral una sobre otra, desorganizadamente? ¿Puede compararse?
O esta otra
Que nadie se ciegue. Es cierto que hay personas en EE.UU. viviendo en el límite de la pobreza. Es cierto que, por ejemplo, en Miami, un gran número de personas tienen que trabajar más de 40 horas a la semana para poder cubrir sus gastos. Es cierto que tan solo en renta, se va un gran por ciento del salario, pero hablar de colas del hambre, cuando es precisamente eso, colas y hambre lo que abunda en todos los puntos del territorio nacional, no parece un ejemplo acertado.
Pero, para que nadie nos acuse de que estas dos fotos encima no pertenecen a la ciudad de Cienfuegos, sino a Santiago de Cuba, aquí le dejo a Julito una foto, tomada en el Parque Villuendas, no muy lejos de su barriada de Pueblo Grifo. Seguro él la vio; seguro Julio Martínez puede ver la cola, el hambre, a escasas cuadras de su casa, lo que no quiere o puede decir nada.
por Roberto A.