Con Gonzalo apenas soplando por las Islas de Barlovento, el verdadero huracán que azota a Cuba ahora mismo está acabando “con la quinta y con los mangos” en la Corporación Cimex S.A.
Fuentes de muchísimo crédito dieron a conocer en días pasados de la caída – y no precisamente en la ducha – de Iset Maritza Vázquez Brizuela, Vicepresidenta de Cimex; y ayer se conoció de otro resbalón fatal, el de Rosario Ferrer San Emeterio, también Vicepresidenta, pero del área comercial.
Bastaba la caída de Iset Maritza para saber que el destino del coronel Héctor Oroza Busutil, presidente de CIMEX, S.A., estaba más que cantado, y hoy, el periodista Carlos Cabrera, del portal Cibercuba, nos trae la bomba.
Una fuente próxima al presidente Miguel Díaz-Canel, que exigió no ser identificada, le confirmó que debido al escándalo de corrupción que sacude a la entidad y que ha cobrado a las dos vicepresidentas, a Busitil le quedan horas para salir “echando” de CIMEX, a paso de cangrejo lento, por el caminito del Guaimaral; aunque como conocemos, la política de cuadros en Cuba es tan benévola con estos “altos funcionarios” que seguramente lo veremos de aquí a unos meses dirigiendo otra cosa; como de seguro Iset Maritza Vázquez Brizuela y Rosario Ferrer San Emeterio encontrarán un viejo amigo que las acoja en su seno y les dé un puesto de cierta jerarquía donde ambas intentarán demostrar que están arrepentidas y que forman parte de esa hornada de “hombres nuevos” que un día, dicen, intentó forjar el socialismo cubano y que no es otra cosa que seres “rectificables” en sus errores de conducta.
Como es lógico también, la prensa oficialista no ha dicho nada aún. Están esperando a que baje la orientación de “allá arriba”, y al parecer José Ramón Machado Ventura, el viejo coronel que mandó al plan pijama al periodista Boris Fuentes, encargado de estas y otras fiscalizaciones de medidas, aún no lo ha visto o lo ha decidido.
El coronel Oroza, mientras, compareció hace algunas horas en la Mesa Redonda para anunciar la creación de sendas tiendas mayoristas en dólares en las provincias cubanas del interior y dos en La Habana.
De Iset Vázquez Brizuela y Rosario Ferrer San Emeterio, “Ex” Vicepresidentas de CIMEX, se conoce poco. Se sabe que la primera es pieza clave en un escándalo que involucra la compra de una casa en varios miles de dólares, y el otorgamiento (mediante venta) de varios carros, a varios oficiales del MININT.
La segunda está “en su casa”, junto a su esposo, el teniente coronel de las FAR nombrado Juan – desconocemos el apellido – dijo este redactor una fuente consultada, una vecina de “Charito” Ferrer.
Esta asegura que hay un total silencio, tanto en su casa, como en la de su madre, contigua a esta en la calle Velázquez, del municipio San Miguel del Padrón.
Los vecinos, además, están hasta contentos porque, dicen ellos, “cayó la dama”, pero no hay confirmación.
“Salió de fango al pecho y en los últimos años se creía la Reina del Chantecler. ¡Cómo cambió esa mujercita!”, dijo una vecina de la misma cuadra a su hija, fuente de este trabajo.
Según el testimonio de la madre, Rosario antes de irse para Panamá ya andaba “muy infladita”, y desde que llegó, era más que evidente que su tren de vida, el de ella y el de su esposo, estaba muy por encima de sus posibilidades.
Sin embargo, a pesar de este “testimonio cercano”, la corporación Cimex S.A., curiosamente posteó una imagen en sus redes sociales donde se ve a “Charito” Ferrer, en unos almacenes de la corporación, trabajando.
De acuerdo con los “informes” obtenidos por Cabrera, periodista de Cibercuba, al menos el explote de Iset en CIMEX S.A. llegó por un “chivatazo”, anónimo, por cierto.
“El problema es que todo saltó por una denuncia anónima, al parecer de gente que se vio perjudicada por los malos manejos de Iset (ex vicepresidenta primera de CIMEX, S. A.), y eso quiere decir que los órganos de Contrainteligencia no habían detectado la corrupción de ambas”, reveló la fuente que, con mucho decoro reconoció que “el escándalo llegó en el peor momento”.
“(…) estamos pidiendo al pueblo sacrificio y esfuerzos en medio de dificultades que vamos a seguir teniendo”, y llegó este batucazo que, sin dudas, tiene a muchos cuestionándose la fe, como es el caso de la periodista Lianne Diéguez, quien publicó en sus redes sociales hace 48 horas un texto que luego quitó y que decía:
Yo crecí siendo revolucionaria. Gritando consignas, saltando para no ser Yanqui, queriendo ser como el Ché y leyendo mucho a Martí. Yo crecí al frente de un colectivo de pioneros, dirigiendo en la FEEM y en la UJC. Fui militante del Partido a los 25 años… No creo que haya dejado de leer nada de lo que se publicó en Cuba del Realismo Socialista y estuve desde la primaria en la radio, en la televisión, en congresos…
Yo defendí -con fervor- las conquistas de la Revolución, porque me hablaron de un país para todos, sin exclusiones, sin limitaciones por clases sociales, donde contábamos todos. Yo salí con mi pulóver del Ché en marchas y caravanas hacia Tribunas Abiertas porque creía de corazón en la utopía de un mundo mejor donde mi pueblo trabajaría, forjaría y decidiría su propio futuro. Yo me hice periodista para ser látigo y flor, y decir la verdad de frente, y atacar lo mal hecho para ayudar a perfeccionar nuestra sociedad.
Yo crecí en el “Con todos y para el bien de todos”, despreciando a gobiernos anteriores donde los pobres miraban con tristeza vitrinas que no se podían permitir. Donde los latifundistas les pagaban tan poco a los trabajadores que el salario no les alcanzaba para nada.
Yo creí, soñé, confié… Y no puedo entender que hoy necesite cosas elementales que no están a mi alcance porque no tengo a nadie que me ponga en la tarjeta dinero del enemigo que quemé en las fiestas del CDR en forma de muñecón.
Yo no tengo a ninguna persona de esas que no creyeron, ni soñaron y mucho menos confiaron, que me envíe dinero. “Nos engañaron”, me dijo hace un par días un amigo que se fue, y yo me encogí de hombros y salí a buscar a un revendedor justo después de contestarle: “no, peor, nos traicionaron”.
Roberto A.
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Periodista L. Dieguez, yo crecí igual que Usted, confiado en un destino justo y revolucionario, confiado en que la verdad del hombre estaría siempre a la altura de la palma real, confié en la justicia a todos los niveles, confié en la unidad de todos.
Me formé Martiano hasta la médula. No pude creer jamás que unos años después todo cambiaría hasta el punto de sentirme traicionado, y lo peor sentir que mis progenitores se afectarían tanto, decepcionados por lo que nos vendría encima, aunque nunca desmotivados y con la disposición de hacer algo para salvarnos.
a dónde fue a parar la verdad?
buenos días, jorge luis. gracias por leernos y compartir con Cubacomenta sus opiniones. saludos