Australia pide investigación internacional sobre el origen de la pandemia, y diplomáticos del gobierno chino lanzan amenazas
Con el paso de los días de esta crisis mundial por el coronavirus, desde diferentes lugares del planeta se han alzado voces que dicen que esto llegó hasta dónde estamos por la política del gobierno chino de ocultar información.
Un nuevo acontecimiento parece dar la razón a quienes no han dejado de hablar de China, su secretismo y las cifras manipuladas de contagios y muertes.
Desde Australia se solicitaron apoyos, la pasada semana, para impulsar una investigación internacional independiente sobre el origen y la propagación de la pandemia de coronavirus. Y al gobierno chino no le ha caído nada bien esta propuesta.
La primera reacción fue decir que las autoridades australianas estaban guiadas por EEUU. En un comunicado emitido el viernes último se podía leer: “Ciertos políticos están dispuestos a repetir como loros lo que los americanos han afirmado y simplemente les obedecen para organizar ataques políticos a China”. Aludían en cuestión a que Scott Morrison, primer ministro de Australia, había conversado -él mismo lo admitía- de esta investigación independiente con Donald Trump, Angela Merkel y Emmanuel Macron.
Pero hoy los ánimos se han calentado más. Cheng Jingye, embajador de China en Australia, durante una entrevista con con el diario The Australian Financial Review expresaba: “la sociedad china está frustrada y se siente decepcionada por lo que está haciendo Australia. Si esto va a ir a peor, la gente va a plantearse si vale la pena acudir a un país que no es tan amigable con China como parece… los turistas quizá se lo piensen dos veces”.
El diplomático chino sugirió en sus palabras lo que algunos ya interpretan como veladas amenazas de boicot: “Quizá se planteen por qué deben beber el vino australiano o comer su carne”.
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