El alcalde de Miami Francis Suárez, el mismo que hace dos semanas comunicara a la Florida que había dado positivo al virus del Covid-19 se enteró que en Francia, el presidente Enmanuelle Macron había suspendido los pagos de la renta, el agua, la electricidad y el gas debido a que sus ciudadanos se encuentran en cuarentena dentro de sus casas, y decidió más o menos hacer lo mismo que este. Su pedido, sin embargo ni llegó tan arriba ni fue tan abarcador.
Francis apenas pidió que los pagos de la renta se suspendieran, y los de las hipotecas de las casas también, pero no hizo un pedido nacional al presidente de los EE.UU. Donald Trump, sino que se quedó en la Florida, y se lo pidió a Ron DeSantis, el gobernador, el mismo que durante las últimas 48 horas ha estado en el filo de la navaja por mostrarse reacio a decretar un lockdown – cierre – en el estado. Se lo pidió – ¿por la virgencita? – por al menos, dos meses.
Francis Suárez dijo que estaba negociando con el gobernador y afirmó estar preocupado porque este miércoles, 1 de abril, muchos residentes no contaran con los fondos para pagar sus rentas. Al no haber cobrado su salario debido a las afectaciones por el brote, miles de ellos tendrán que apelar al buen corazón del propietario de la propiedad donde residen, y orar porque este les conceda una moratoria en el pago. Lo terrible de estos casos es que miles de propietarios de viviendas que las tienen rentadas, le pagan una hipoteca mensual al banco, y en todo caso debería el banco también otorgar moratorias para que la cadena no se rompa por el lado más débil, como siempre sucede.
Suárez aseguró que otra de sus prioridades eran los residentes de edad avanzada que viven en asilos y edificios de bajos recursos.
Parece que es poco probable que, con tantos devaneos, DeSantis le haga caso a Suárez, que sin dudas sería hacerle caso a todos los residentes del estado que él gobierna. Es decir: escuchar la voz de sus votantes, los que lo pusieron donde está, quienes sin dudas agradecerían y mucho que De Santis les suspendiera al menos, por dos meses, el pago de las rentas e hipotecas; por cierto, bien caras, tal vez unas de las más altas del país comparada con el salario.
Seamos más enfáticos: la renta en la Florida le exprime el bolsillo al ciudadano y de mala manera; sobre todo porque el salario es de los más bajos del país.
Por tanto, un soberano aplauso para Francis Suárez, a quien “la pelona” le picó cerquita y solo nos queda a nosotros, residentes de la Florida, apoyarle en el reclamo, que no es otra cosa que apoyarnos nosotros mismos. ¿Está en su casa sin trabajo debido al coronavirus? ¡Apoye el pedido de Francis Suárez! ¡Exíjale al gobernador de su estado! ¡Haga que su voto cuente!
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