“Me gusta mucho la playa y a alguna playa me voy a ir a descansar, aunque generalmente yo salgo poco de vacaciones, a veces por la actividad, pero indiscutiblemente descansar y coger un poco de playa que es lo que más me gusta”, dice el Dr. Durán sobre unas posibles vacaciones que se tomará algún día.
Por estos días de coronavirus un rostro se hace cada vez más familiar entre los cubanos: el del doctor Francisco Alberto Durán García; un hombre que apenas descansa, pero que en exclusiva con el diario Escambray “se revela como lo que es: un hombre de carne y hueso”.
Por su trascendencia, reflejamos hoy en las páginas de nuestro blog sus respuestas dadas a los periodistas Yosdany Morejón y Dayamis Sotolongo.
En ellas habla de la llegada del covid-19 a Cuba; de sus días y sus noches; de su trabajo; de su historia.
Empezó trabajando contra el mosquito Aedes Aegypti; luego pasó a trabajar contra el SIDA, y así, poco a poco, desde la sombra prácticamente, comenzó a tejer su camino; un camino que lo llevó poco a poco a ponerse al frente de la lucha contra una pandemia global.
“Ese 11 de marzo nunca se me va a olvidar, fueron los primeros tres italianos que se diagnosticaron”, confesó Durán, el director nacional de Epidemiología del Ministerio de Salud Pública, al rememorar ante los periodistas del Escambray, el día de la llegada de la covid-19 a Cuba.
“No niego que es un esfuerzo —dice—. Uno se tiene que levantar a las cinco de la mañana, completar la información para poder estar ahí a las nueve.
“A veces el levantado ese a las cinco no tengo ni que esperar el despertador, siempre hay muchas cosas relacionadas con eventos que se abren, con el funcionamiento de toda la actividad en los territorios y no lo niego: uno se desvela sobre todo al amanecer. Generalmente, yo llego tan cansado que después que me baño y como me rindo, pero ya en la madrugada uno se desvela y empieza a pensar y a planear cosas. Esa es la vida, así”.
“Todo termina diariamente a las ocho y treinta de la noche con una videoconferencia que preside el ministro de Salud Pública con las provincias, donde se evalúa el comportamiento de la pandemia en cada uno de los territorios; eso normalmente acaba diez y treinta u once de la noche. Ese es el día tras día”.
“Realmente lo comencé haciendo como parte de mi actividad propia, además como algo que dentro del trabajo epidemiológico es sumamente importante: llevar la información a la población, primero, para que no haya malas interpretaciones y, segundo, para que la población participe activamente. Por eso, si se dan cuenta, yo trato de explicar muchas cosas a veces técnicas, pero desde el punto de vista de que cada cual sepa cuál es su responsabilidad y cómo protegerse.
“Pero, bueno, me siento satisfecho porque veo que por lo menos se interesan en lo que doy y de alguna manera, aunque no como siempre uno quisiera, se cumplen con las indicaciones que se dan, y les digo eso porque a veces uno ve un poco de indisciplina social y es lo que conlleva a que todavía tengamos un número de casos que son los que se confirman todos los días”.
“Empecé como especialista en 1981 y podrán imaginar que era la epidemia de dengue hemorrágico que afectó a nuestro país; comencé, ni más ni menos, como jefe de la campaña de lucha contra el mosquito Aedes aegypti”.
“Recientemente, la trasmisión de zika que hubo en nuestro país, que se eliminó hace más de un año y medio, nos puso en una disyuntiva; el dengue que todos los años nos inquieta y el cólera que tuvimos que trabajar muy duro.
“Pero, indiscutiblemente, este es uno de los retos más importantes, porque además hay un compromiso con el pueblo, en primer lugar, y también con las autoridades de nuestro país que desde el primer día le han dado un seguimiento y un apoyo continuo a todas las medidas que se dictan.
“He estado en varias cosas, pero no les niego que esta es un poquito fuerte y desde el punto de vista divulgativo, nunca había estado enfrentado a algo así, incluso todavía me siento extraño”.
“Yo me protejo por mi familia y por mí, por las dos cosas, no los voy a engañar. Indiscutiblemente, soy una persona de riesgo; ya tengo 67 años, soy hipertenso, entonces sé que me tengo que cuidar y me cuido. Reitero, primero porque sería un bochorno que yo, que hablo tanto vaya a adquirir la COVID-19 —aunque cualquiera la adquiere— y, segundo, para proteger la salud mía, la de mi familia y la de mis compañeros de trabajo”.
“Es una enfermedad con muchos riesgos para nuestro país y lo digo porque muchas personas te dicen: ‘Bueno, pero si ya en mi provincia no hay casos confirmados hace más de 15 días por qué yo tengo que tener todas estas medidas’.
“Por ejemplo, Sancti Spíritus no tiene casos confirmados desde hace más de 15 días, pero cuando uno ve que se producen eventos en algunos lugares del país, te das cuenta de que todavía hay un nivel de trasmisión de la enfermedad; por lo tanto, el cumplimiento de las medidas que se han indicado es sumamente importante.
“No tenemos duda de que en un momento se logre controlar totalmente —todavía ese momento no ha llegado— y quede como una endemia; o sea, un número de casos que normalmente se produce como nos pasa con las enfermedades respiratorias agudas, las enfermedades diarreicas agudas, que son enfermedades que todos los años se produce un número de casos y se hacen las acciones para su control.
“Quizás, con esta pandemia nos pase eso; por eso, aunque se logre controlar, te das cuenta que muchas medidas van a quedar definitivamente; me estoy refiriendo al lavado de las manos, a la higienización, al uso de desinfectantes, al distanciamiento, que nos van a ayudar mucho para todos los problemas higiénico-epidemiológicos”.
“Ni he tenido tiempo de pensarlo, pero indiscutiblemente descansar. Me gusta mucho la playa y a alguna playa me voy a ir a descansar, aunque generalmente yo salgo poco de vacaciones, a veces por la actividad, pero indiscutiblemente descansar y coger un poco de playa que es lo que más me gusta”.
tal vez quieras leer: Huevos, pescados azules, vegetales y frutas: alimentos que recomienda el Doctor Durán para los cubanos