¿Llegó para quedarse? Mientras nos batimos con una poderosa pandemia, no queda más remedio que tomarle cariño al nasobuco y ajustarlo a nuestra cotidianidad de la mejor manera.
Hace unos meses atrás todos nos hicimos de un buen cargamento de mascarillas, o nasobucos como también se le conoce, muchos pensando en una situación que sería pasajera. Y si todavía persiste la esperanza de salir lo antes posible de esta pandemia que hoy afecta al mundo, una parte ve un largo camino aún y se adapta a los nuevos tiempos.
Al parecer a esa conclusión ha llegado a la industria de la moda, y las compañías o pequeños negocios que antes se regían por una línea específica han sumado una nueva prenda a su repertorio. El nasobuco llegó para quedarse y ya que está, lo llevaremos de la manera más fashion posible, pudiera ser la lógica de quienes se han inspirado en crear toda una gama de estilos y diseños para el accesorio posiblemente más demandado del 2020.
Las mascarillas son ya un elemento de uso diario para las personas que requieren salir a la calle, y en los lugares donde más golpea el coronavirus, de uso obligatorio. Ante este auge las celebrities no se han hecho esperar para llevarlos combinados y hasta personalizados.
La diversidad de estos es infinita, algunas van a juego con vestidos, otras con tallas pequeñas para niños, otras con telas de bikinis, etc. Parece que las posibilidades, diseños y estampados nos dejan abiertos a la creatividad y a la selección de la que mejor se adapte a nuestro estilo o gusto. No obstante, siempre queda bien claro que no son mascarillas sanitarias, aunque sí están elaboradas con tejidos y entretelas para prevenir la aparición de bacterias por la respiración.
El nasobuco está viviendo su momento de fama gracias a la crisis del coronavirus, que le ha convertido en el verdadero accesorio imprescindible de la temporada, y muchas marcas ya se han sumado a la tendencia para obtener ganancias que en parte se destinan ala lucha contra el Covid-19.
Y cayendo en un caso más cercano a los cubanos tenemos el ejemplo de la diseñadora Yas González, quien ya incluyó en su línea de ropa la popular prenda.
No cabe dudas que una de las mayores herramientas que debemos poseer en la vida es el poder de adaptación, y la mascarilla nos pone el ejemplo. Lo que nos toca por ahora, en parte, es inyectar un poco de estilo a estos productos de protección a la salud, y convertirlos también en un accesorio de moda.
Dulce María López