La idea de utilizar plasma sanguíneo de pacientes curados de coronavirus en pacientes aún activos con la enfermedad, un novedoso tratamiento que se está llevando a cabo ahora mismo en Nueva York, EE.UU., con excelentes resultados fue idea de un médico cubano, originario de la provincia de Sancti Spíritus: Arturo Casadevall.

Cassadevall, quien ejerce funciones en el prestigioso Instituto John Hopkins, dijo en un artículo publicado en The Wall Street Journal el 20 de febrero del 2020 – es decir, en los días iniciales del brote en Europa y EE.UU. – que el uso del plasma sanguíneo “curado” podía ayudar a prevenir el brote.

Con la modestia que lo caracteriza, y que caracteriza la medicina cubana que ha dado ilustres figuras al escenario mundial de la ciencia como pudieran ser Carlos J. Finlay y Tomás Romay, el médico cubano dijo entonces que “el invento” no era idea suya, sino que databa de siglos atrás, y señaló que fue utilizada con excelentes resultados en el enfrentamiento a la llamada “gripe española” en 1918.

Casadevall, investigador de la Johns Hopkins, sugirió que el uso de plasma de pacientes que enfermaron del virus podría ayudar a contener la pandemia a la espera del descubrimiento de una vacuna, algo que dijo él podría tardar entre 12 y 18 meses.

Sin embargo, el nuevo tratamiento fue apenas autorizado el pasado martes por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de Estados Unidos. La entidad se ha visto obligada practicamente a autorizar “todo lo que venga” y que le sirva para enfrentar el brote de coronavirus, ante el temor de que el número de fallecidos se incremente sin tener un remedio eficaz a mano.

No obstante, se autorizó solo en el caso de pacientes que están en estado crítico y cuya vida corre peligro. Igualmente, los doctores que lo administren deberán solicitarlo previamente y recibir la autorización para hacerlo.

Médicos y científicos de más de 20 instituciones, , entre ellos investigadores de la Clínica Mayo en Minnesota, el Centro Médico de la Universidad Stanford en California y el Colegio de Medicina Albert Einstein, de Nueva York, se unieron a los del John Hopkins en las últimas semanas a fin de unir esfuerzos y conocimientos para combatir de forma eficaz el nuevo coronavirus. De la unión entre ellos surgió el Proyecto de Plasma Convalescente COVID-19.

Dentro del proyecto, la idea del médico cubano Arturo Casadevall se ejecutará de manera inmediata en la ciudad de Nueva York, ciudad que es, ahora mismo, el verdadero epicentro del drama en EE.UU.

Nueva York registra más de 25 mil 600 contagiados por el coronavirus y 192 fallecidos.

“Es una gran noticia. Cuando comenzamos a hablar de esto hace unas semanas, era solo una idea, y ahora parece que se hará realidad”, dijo Casadevall, el médico cubano experto en enfermedades infecciosas de la Escuela de Salud Pública Bloomberg de Johns Hopkins, en una entrevista que concediera a CNN.

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2 Comments

  1. Esa novedad puede ser efectiva, en la lucha contra el Ebalo, otrso médicos cubanos lo sugirieron, en Africa, se hizo y con resultados. Mucha suerte

    1. hola, alfonso. gracias por tu comentario y por informarte con nuestro portal de noticias. saludos

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