Algunos cuestionan la labor de propaganda del gobierno acerca de que Cuba es el país más seguro para el turismo

En su obsesión constante por atraer turismo y hacer de ese renglón la tabla que salve del naufragio a la economía de la isla, el gobierno cubano lleva a cabo una campaña mediática donde se exhibe a Cuba como un paraíso terrenal, donde ni siquiera una mosca podría perturbar tanta paz. Pero ya el paraíso podría no ser tan seguro

Más allá de exhibir los potenciales de los polos turísticos del archipiélago y los suntuosos hoteles que se alzan entre ruinas, las autoridades han optado por referirse continuamente a la “seguridad que caracteriza a la mayor de las Antillas”, sobre todo, para quienes la visitan.

La pasada semana, durante la Feria de Turismo de Madrid, Cuba obtuvo el premio Excelencia como país más seguro para el turismo. Medios oficialistas como la Agencia Cubana de Noticias y el periódico Granma, se agarraron de esta noticia para continuar la labor de propaganda. Hasta el presidente Miguel Díaz-Canel se sumó a la tendencia publicando en su cuenta en la red social Twitter: “Cuba, el país más seguro para el turismo: la condición que Estados Unidos no podrá opacar”.

Angelo Mortolini es italiano y ha visitado varias veces la isla. A su juicio, “si se compara con otros países de América Latina como México, Colombia y Ecuador, no es menos cierto que Cuba no presenta índices alarmantes de violencia, no obstante, tampoco es el paraíso con el que la comparan. Mientras caminaba por La Habana Vieja, en diversas ocasiones me sentí acosado. Trataron de perseguirme para que les diera un poco de dinero. Fue una experiencia muy desagradable, que por desgracia también le ha ocurrido a otros amigos”.

Desde 1999, medios internacionales como El País se hicieron eco de la pena capital a la que fueron condenados dos cubanos por matar a cuatro turistas en La Habana con el objetivo de robarles el dinero.

“Que yo recuerde esa fue una de las primeras veces que ese tipo de tema salió a relucir. Aun así, fue poca la repercusión y el conocimiento al respecto, pues cuando aquello no había Internet y el beneficio de la información solo correspondía a unos pocos”, recuerda la habanera Silvia Casañas.

Con la aparición de los medios alternativos y el acceso a la red de redes, en el año 2013 Cubanet publicaba una lista alarmante de este tipo de episodios. Según el informe, durante los primeros meses de ese año, al menos medio centenar de turistas habían encontrado la muerte en Cuba y una cantidad similar resultaron heridos. El artículo establecía que las principales causas de fallecimiento eran tras agresiones para robarles, ahogamiento en el mar y accidentes de tránsito.

Igualmente, en ese mismo año, el portal digital Radio Televisión Martí anunciaba que en 2004 un extranjero presumiblemente alemán había amanecido muerto en la calle Jovellar entre Espada y Hospital, en el municipio Centro Habana.

Otro de los mayores escándalos al respecto fue el asesinato en la mayor de las Antillas, el pasado año, del actor italiano Franco Cardellino, apuñalado delante de su hijo por un ladrón, luego de llevar más de una década viviendo en la isla, según relató Cibercuba.

También en 2019 siete turistas murieron y cinco resultaron heridos en un accidente de bus en Cuba, entre los que habían ciudadanos de Holanda, Francia México y Canadá, tal y como lo anunció en ese momento el sitio preferente.com, líder mundial de noticias de turismo.

De igual modo, a principios de este 2020 seis personas fallecieron en el balneario de Varadero, cuatro de ellas extranjeros, dos italianos y dos rusos, tras un accidente de tráfico.

Para Arnaldo Martínez, quien trabajó como taxista en el Hotel Meliá Cohiba, “eran varios los visitantes que se quejaban del estado de las carreteras. La ausencia de señalizaciones y la poca iluminación son malos aliados cuando se trata de un país desconocido, que además, tampoco tiene siempre autos en óptimas condiciones para rentarle a los turistas”.

“Otro punto importante es que Cuba es un lugar fácil para conseguir mujeres y ron. Algunos extranjeros pierden los estribos y caen en los excesos del sexo y la droga, lo que ha repercutido en algunos accidentes”, añade Martínez.

Sonia Burón, quien fuera ascensorista en el hotel Habana Libre, confiesa que los crímenes y accidentes que les roban la vida a turistas en Cuba son mucho más que los que se conocen. “Aquí no existe la prensa rosa o amarillista por donde se informan acerca de estos acontecimientos. Y, por otra parte, el Estado no quiere desatar el temor y que con ello decaiga aún más el número de visitantes. Incluso, cuando algo así le sucede a huéspedes de las instalaciones turísticas, se trata de mantener la discreción hasta entre los propios trabajadores. El revuelo que se arma es muy grande. Son muy pocos los hoteles en los que no se ha dado, al menos, una situación semejante”.

Sin embargo, no solo para los foráneos, la seguridad de Cuba es hoy cuestionable. Habitantes de la isla, sobre todo los que viven en ciudades, alegan no sentirse confiados, luego de los casos recientes de violaciones, asesinatos y feminicidios que se han conocido a través de las redes sociales.

Anabel Fleites sostiene que hasta ahora se siente segura cuando transita por las calles céntricas de la urbe, pero no sucede igual cuando debe atravesar otras arterias menos iluminadas. “En La Habana cualquier barrio, por muy residencial que sea, puede estar a oscuras y eso es propicio para que se den escenas desagradables. Hace poco en el reparto Flores, en Miramar, desapareció un muchacho de menos de treinta años. Cuando lo encontraron, ya estaba muerto.”

“Mi hija no ha vuelto a regresar sola de la escuela”, asegura Mariela Fernández, quien reside en el municipio habanero de Marianao. “Han sido repetidos los sucesos de agresiones hacia cubanos y extranjeros y eso me pone la piel de gallina”.

Lucía Jerez

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