El Ministro de Transporte descubrió que ahora los taxistas privados (boteros) acortan los viajes y cobran lo mismo.
Como novedoso pudiera catalogarse lo que al parecer ha sido una estrategia del Ministro de Transporte de la República de Cuba.
Eduardo Rodríguez Dávila, dijo que “personalmente este martes montamos en varios taxis privados de la capital, y si bien muchos transportistas están cobrando los 10 pesos aprobados por el Consejo de la Administración Provincial (para quienes aborden el vehículo en puntos intermedios del recorrido), vimos como fenómeno nuevo que otros están acortando los viajes y cobrando lo mismo”, lo que sin dudas pudiera ser una novedad: que un Ministro cubano pruebe in situ, las medidas decretadas – en teoría – por el mismo.
La estrategia del Ministro de Transporte, quien luego arremetió contra los taxistas privados (boteros) por “acortar viajes y cobrar los mismo”, se asemeja un poco a aquella que en los años 90´implementara Nelson Torres en la provincia de Cienfuegos; o la que implementó Lázaro Expósito Canto cuando fue nombrado Primer Secretario del PCC en la provincia de Granma. Esto de salir de incógnito suele tomar a muchos desprevenidos – o “vivos”, vaya a saber Usted – que ni siquiera saben o conocen quienes són sus máximos dirigentes o Ministros en el país.
En parte, “la culpa” es del propio sistema, que no permite una interacción constante del funcionario con el pueblo. Solo así puede explicarse el “experimento” del Ministro de Transporte de Cuba, quien decidió levantarse de la silla, salir de la oficina, dejar atrás el buró por un instante y probar lo mal que sabe la sal y la pimienta, y siendo Ministro, logró pillar a no pocos pillos con las manos en la masa.
El motivo de su salida no fue, sin embargo, un arrepentimiento o cargo de conciencia. No. El hecho estuvo motivado por lo que explicamos en el segundo párrafo. Rodríguez Dávila quiso experimentar en carne propia, en la piel del cubano de a pie – y del taxista o botero – cómo funciona en la práctica – al menos en La Habana – la nueva política de precios topados en correspondencia con los trayectos que se tomen. El resultado parece haberlo contrariado mucho.
“Estamos llamados en primer lugar a perfeccionar las normas o regulaciones, y en segundo lugar a tener mucha comunicación con los propios taxistas y con la población, de la cual a diario recibimos opiniones a través del teléfono 18 820, de la Dirección General de Transporte en La Habana, y nos corresponde evaluarlas de manera integral”, advirtió el ministro.
Mantener el rigor en el control y la sistematicidad de las autoridades competentes junto al pueblo, es la mejor manera de combatir estas ilegalidades.#TransporteCuba #SomosCuba🇨🇺 @DiazCanelB @PresidenciaCuba @MitransCuba @EduardoR_Davila @DirGemar @GemarOsde https://t.co/PhgRoooExp
— Eliberto Domínguez (@edz1969) February 4, 2020
Gasolina y petróleo a precios diferenciados.
Con la nueva medida destacan dos hechos interesantes. Uno es el otorgamiento por parte del Estado a los transportistas de combustible a a precios diferenciados, aunque – claro está, en Cuba no podía ser de otra manera – con un tope máximo de compra.
A pesar de la buena noticia que significa que te den combustible a menor precio de lo que habitualmente lo compras en un servicentro, todavía algunos transportistas privados no habían sacado su tarjeta magnética, con la cual se les venderá el combustible. ¿Por qué?
Porque simplemente todavía ellos compran buena parte del combustible mucho más barato aún de lo que se los vende el estado. ¿Dónde? Directamente de la mano de los choferes de camiones estatales; y sabe Dios si un poco “más arriba”.
No obstante, la buena noticia, Rodríguez Dávila reconoció que hay dificultades a la hora de implementar la política. Ya existen reportes de que no pocos transportistas han encontrado dificultades a la hora de encontrar ese combustible a precio de ganga.
El cubano siempre está en el invento.
Puestas en el puzzle todas las piezas, los transportistas una vez más encontraron una “fisura en el sistema”, pero gracias al Ministro de Transporte y su gente, que salieron para la calle “disfrazados” a ver cómo iba en la práctica las nuevas medidas, se descubrió “la trampa”.
¿Se llamarán a capítulo los boteros? ¿Se resolverá algún día el tema del transporte en la capital y en todo el país?
Esperemos que sí.
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