Muchos cubanos malgastan su vida en colas interminables. En los pueblos del interior de la isla, todo es aún más difícil

Querer silenciar la crisis -casi eterna ya- de la economía y las escaseces que sufren los cubanos, se está haciendo bastante difícil al gobierno de la isla con las redes sociales. Pese a las amenazas del Decreto Ley 370, la gente cada vez se pronuncia más y sin temores. Porque, entre otras cosas, malgastan la vida en colas en las que luego nada consiguen.

Cubacomenta ha tenido acceso al testimonio de una cubana de 29 años, residente en Jaruco, municipio de Mayabeque. La chica ya no puede más. Tiene a cargo además a su madre, que padece de los nervios y está mucho peor con todo lo que se vive en medio de la pandemia. “Lleva días sin almorzar ni desayunar, guardando lo que caiga para la noche”, según le cuenta a su prima que vive fuera del país.

No se consigue nada, y la situación en los pueblos del interior se torna aún peor que en La Habana. Los familiares fuera no paran de angustiarse por los que están allá y denuncian. “Sencillamente me duele demasiado ver a todo un país malgastando la vida en colas interminables, arriesgándose a contagiarse. País en pleno con poco tiempo o energía para disfrutar, sea lo que sea que amen hacer!”, dice el post en Facebook de la prima que reside en Suiza de esta cubana de Jaruco.

“Estoy hablando de zonas del interior actualmente casi incomunicadas donde no llega realmente nada!! Multas para los guajiros que llegan al parque con sus plátanos o lo que sea. Me enfurece pero además me pasma que muchas personas estén aún matizando con esto y se dirijan a mí con agresividad! Sí hay muchas personas de todas las edades prácticamente sin nada de comer! Y si no miran esto de frente todo irá para peor!”, agrega la cubana insultada por la vida que lleva su prima de Jaruco y lo que ha tenido que soportar

En las redes sociales se leen otras historias igual de tremebundas, por más que el gobierno cubano y a quienes designan para luchar y defender en el ciberespacio a eso que llaman Revolución, quieran silenciarlas. “…Tengo que guardar los dos muslitos de pollo que nos quedan para el fin de semana, para cuando venga tu tío. Los demás días, voy tirando…”, “Estamos sin luz desde el amanecer, ya me he tenido que meter dos veces en la ducha a echarme agua, porque el calor es horrible, el sudor me corre por los brazos y espalda. A ver ahora cuándo la ponen para poder cargar este. Lo apago no vaya a ser que se le acabe la poca carga que le queda y luego no pueda oír a mis nietas durante el día…”.

Un periodista cubano que vive hace años en Buenos Aires expone también lo que sabe por su hermano que reside en la isla: “Me cuenta que la gente hace colas desde la madrugada, pero cómo está autorizado a hacer filas solo desde las 7 por tema pandemia la gente se sube encima de los árboles para que la policía no se los lleve presos y ves hasta 10 personas subidas en los árboles cuando llegas a marcar!!!!!!”

Cuando los cubanos que viven fuera de Cuba y dentro hacen este tipo de denuncias, siempre encuentran la misma respuesta -calcada- de la “brigada de respuesta rápida del ciberespacio”.  Eres un mal cubano, un desagradecido y te paga la CIA. Sesenta años con el mismo discurso. Quien disiente se convierte automáticamente en el enemigo a derribar. Así va Cuba.

Neus Francino


 

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