Varios habitantes de un edificio muy deteriorado en La Habana duermen hace varios días en el portal de una iglesia cercana, después de un nuevo derrumbe.
Lui Herrera denuncia en su cuenta de Facebook que ella y varios vecinos viven desde hace 10 días a la intemperie por la situación del inmueble de Zulueta 505, entre Monte y Dragones, que lleva muchos años en peligro de caerse por completo.
“¿A quién le importa los 10 días que llevamos durmiendo en el portal de una iglesia? ¿Cómo hacemos para vivir el día a día así, sin un techo digno de una persona?”, se pregunta Herrera en la publicación de Facebook que hiciera hace unas horas.
El estado de Zulueta 505, ubicado a pocas cuadras del Capitolio de La Habana, ha sido denunciado por sus residentes y varios medios.
Las fuertes lluvias de la última semana provocaron el desplome de dos de los apartamentos y obligaron a salir a nueve familias con sus pertenencias, un total de 22 personas, entre ellos 3 menores de edad, informaba Radio Televisión Martí el 28 de julio pasado.
“Seguimos en la contienda que al parecer será bastante larga. No hay respuesta aún para nosotros, estamos en la calle un día como hoy 26 de julio, hambrientos, cansados, sin dormir, llenos de picadas de mosquitos y alterados por pasar tan mala noche y angustiados aún más sin saber si nuestro problema se resolverá”, escribió Herrera el mes pasado.
Liu ha mostrado desde entonces en la red social fotos del estado de Zulueta 505 y de los habitantes que acampan en los portales, y detalla sus gestiones ante las autoridades para que alguien los ayude.
“No hay viviendas. Es la respuesta todos los días de los funcionarios del Gobierno Municipal de la Habana Vieja que nos atienden. Solo tienen para ofrecernos locales en mal estado y albergues en paupérrimas condiciones”, cuenta.
En las imágenes compartidas por ella y otros usuarios, así como por diversos medios de comunicación, se observa el crítico estado de la añeja construcción y a los vecinos fuera, mientras esperan por una respuesta.
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Los reportes de derrumbes en la capital cubana se han incrementado en los últimos tiempos, con sucesos que han provocado pérdidas de vidas humanas.
En enero pasado, perdieron la vida tres niñas, de entre 11 y 12 años, al desplomarse un balcón en el barrio Jesús María. Una de ellas falleció al instante, mientras las otras dos murieron en el hospital.
Muchas de las edificaciones del deteriorado fondo habitacional habanero son trampas mortales que se sostienen en condiciones precarias, con peligro para la vida de miles de habitantes de la capital.
Según datos del último Censo de Población de 2012 y otras evaluaciones realizadas hasta junio de 2017 –manejadas por Oncuba News– Cuba tenía más de 3,824,000 viviendas, de las cuales, un 39 por ciento estaba en regular o mal estado técnico.
A poco más de un mes de la muerte de las niñas, un suceso similar, pero sin víctimas, ocurrió en la céntrica Avenida Carlos III esquina a Almendares en La Habana.
En junio, se reportó un desplome en uno de los más viejos edificios todavía habitados de Jesús María, localizado en la calle Factoría #155, aunque esa vez no se reportaron fallecidos por el colapso de dos balcones.
En julio, se registró un incidente con una edificación en Belascoaín y San Miguel, que también cobró la vida de una persona, poco antes de que un nuevo derrumbe en el municipio Cerro trajera como resultado otra víctima fatal, cuando una mujer sobreviviente falleció poco después en el hospital Calixto García.
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Cifras oficiales dadas a conocer en mayo por el ministro cubano de la Construcción, René Mesa Villafaña, en el oficialista programa de TV Mesa Redonda, sitúan en 122 072 las viviendas con piso de tierra en el país, y en 9611 las llamadas cuarterías, muestra inequívoca de que el fondo habitacional de la isla está muy depauperado.
Julio Linares
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