Los “coleros” y “revendedores” son tema del momento en Cuba. Donde quiera que hay una cola, hay uno de estos “personajes”, contra los que piden “mano dura”.
Una revisión a la prensa cubana en las últimas horas 12 horas arroja el siguiente resultado: al menos en cinco ocasiones diversos medios dan sus valoraciones sobre el tema del momento en la isla, el de los coleros y revendedores, con la sugerencia incluso, hecha por el joven periodista del Juventud Rebelde, Yuniel Labacena Romero de “apretar las clavijas” contra ellos.
Antes que nada, una precisión: los coleros y revendedores no son los causantes del desabastecimiento en la isla.
Tampoco logran su función metiéndose en la cola dos y tres veces. Ni siquiera diez. Nadie tiene el tiempo hoy, en Cuba, ni la paciencia, de hacer al menos cinco colas; y por más que otros insistan en que estas personas actúan en grupo y “contratan” personas para meter en la cola, la matemática no arroja un almacén lleno de productos.
De hecho, aseguran otros, esto parece una operación concertada y combinada. ¿Con quién o quiénes? Con almaceneros, dependientes, gerentes. ¿De qué? De las mismas tiendas. Y cuidado no “más arriba”, que ya sabemos del “explote” que hay en estos momentos en Cimex S.A.
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Labacena, al final de su texto contra coleros y revendedores, apunta:
“Los coleros, revendedores y acaparadores —expresión de un individualismo rampante— no se corresponde con la cultura y los valores del pueblo cubano; tampoco es compatible con todo el extraordinario esfuerzo realizado por este pequeño país para controlar el nuevo coronavirus y proteger la vida de la población. Por eso, esta especie de pandemia que se ha multiplicado en estos meses hay que detenerla ya.”
Al parecer en Sancti Spíritus si no los han detenido, al menos los tienen “identificados”.
Un trabajo del oficialista Enrique Ojito en el diario Escambray expresa que “en Sancti Spíritus, particularmente, la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) ha identificado a 89 coleros, quienes han sido procesados o advertidos oficialmente; 24 residen en Sancti Spíritus, 16 en Jatibonico, 14 en Taguasco e igual cantidad en Yaguajay. Por su parte, Fomento registra 9; Trinidad, 7, y Cabaiguán, 5.”
Ojito, en su trabajo, dice que los coleros y revendedores pululan “como verdolaga en huerto” y “florecen a la sombra de los necesitados y del Estado”. Señala además que ante “el desmadre”, “el Minint ha extendido su actuar al comercio electrónico realizado a través de las redes sociales”, y hace mención a un hecho en específico, en la plataforma Revolico, en la cual se “detectó a 14 ciudadanos, quienes ofertaban artículos de aseo personal, alimentos y equipos eléctricos.”
Señala además que la Policía -en Sancti Spíritus- suma 34 denuncias en lo que va de año, y añade que tienen procesadas 34 en las cuales “30 coleros fueron multados con cuantías de 1 000 a 3 000 pesos”, y los restantes cuatro resultaron procesados penalmente y se les impusieron, indistintamente, sanciones de privación de libertad y trabajo correccional.”
Ojito, antes de cerrar su trabajo calificando a revendedores y coleros como “astillas del mismo palo”, también lanza estas interrogantes:
“¿Algunos revendedores no contarán con la complicidad de trabajadores de ciertos establecimientos comerciales? ¿Por qué no se aplica todo el potencial que brindan las herramientas tecnológicas para controlar a quienes accedan a las mercancías más demandadas?”.
Escambray, en otro trabajo, señala que “varios son los modus operandi de los denominados coleros, algunos de los cuales aguardan la hora del cierre de las tiendas en parques, portales o lugares cercanos y sobre las 6:00 pm comienzan a sacar libretas y repartir los turnos.”
Siete de estos coleros fueron detenidos en Mayabeque, según reporte del Noticiero Nacional de Televisión en el día de ayer.
Mientras que un reportaje desde Las Tunas refiere que “el llamado colero tiene siempre tiempo para madrugar, para ser el primero en la fila, para acaparar sin importarle nada ni nadie. Una muestra evidente de la insensibilidad.”
Hoy, la Mesa Redonda, abordará “el tema” bajo el titular «Enfrentamiento a las ilegalidades». Precisa CMHW que “el primer ministro Manuel Marrero Cruz, el Coordinador Nacional de los CDR, la Vicegobernadora de La Habana y el Segundo Jefe de la Policía Nacional Revolucionaria comparecerán este viernes en la Mesa Redonda para informar sobre el enfrentamiento a las ilegalidades, y, entre ellas, al lesivo fenómeno de coleros, acaparadores y revendedores, que tanto rechazo genera en nuestro pueblo.”
Por supuesto, en este mar de “denuncias” contra coleros y revendedores, no podía faltar el diario oficialista Granma, que esta mañana en portada habla de “40 mil coleros”, sin meterse a indagar mucho en Alibabá y los ladrones de cuello blanco.
El diario oficialista, que ya sabemos es capaz de disfrazar el desabastecimiento de gas licuado en el país con una frase parecida a “extenderse el ciclo de distribución”, recoge en sus páginas testimonios de personas en varias provincias.
Uno de ellos, Carlos Alberto Medina Leguén, afirma que en días pasados fue a la sucursal de Fincimex para adquirir una tarjeta AIS, y llegó a media madrugada.
«Había allí ¡seis mujeres cuidando cien turnos!» (la entidad atiende 50 clientes por la mañana y 50 en la tarde). «Amanecí, pero no alcancé ticket, y allí mismo hubo un individuo ofreciéndome uno en cinco CUC; le di la espalda y me fui; eso es un descaro».
Otra testimoniante, una dependienta de la tienda en CUC El Níquel por su parte, explicaba:
«Los coleros son los dueños de las listas, venden los turnos y compran productos para revender. Hubo una ocasión en la que la tienda sacó lavadoras, costaban 192,85, pero enseguida aparecieron a 380 cuc en los sitios de venta de Facebook, como Revolico. Se ha tratado de regular a los coleros y revendedores con la aplicación informática que registra el carné de las personas que compran, pero les han encontrado la vuelta. Vienen acompañados por familiares o amigos y hasta por personas a las que les pagan».
Granma reconoce que“no es un fenómeno local, ni siquiera territorial,” y fiel a su estilo de enfrentamiento, llama a ofrecer una respuesta “contundente y, sobre todo, con articulación entre el pueblo, las organizaciones y las instituciones estatales.”
A ver, que esto no se trata del viejo cuento de “quién nació primero, si la gallina o el huevo“, sino de “quién le pone el cascabel al gato“.
por Roberto A.
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