Entre ambos lograron 351 victorias y ayudaron a alcanzar varios títulos nacionales a Pinar del Río ¿Omar Ajete o Faustino Corrales?
Dos lanzadores zurdos llegan hoy a la sección comparaciones beisboleras. Ambos de la tierra del mejor tabaco del mundo, nacidos en el mismo año y muy dominantes en el montículo durante sus años de máximo esplendor. ¿Eres más de Omar Ajete o de Faustino Corrales?
Con armas y herramientas diferentes dejaron huellas en una era donde abundaban bateadores de calibre con bate de aluminio en las manos. Entre ambos lograron 351 victorias y ayudaron a alcanzar varios títulos nacionales para su provincia.
“La potencia”, Omar Ajete
Velocidad aterradora y slider letal combinadas con un carácter recio en el box, hicieron de este lanzador nacido en San Juan y Martínez un puntal de su equipo pinareño durante la década del 90 del pasado siglo, al punto de lograr cuatro títulos nacionales entre los años 1985 y 1998.
En 16 temporadas trabajó en 449 desafíos, la mayoría de ellos como abridor aunque tenía las características de un cerrador, función que hizo varias veces en los eventos internacionales con el equipo nacional.
Su balance de 179 victorias y 96 reveses es uno de los mejores en Series Nacionales y su estrella ganadora lo ayudó a llevarse ese liderato en las ediciones de 1990, 1991 y 1994, además de conquistar el de mejor promedio de limpias y lechadas propinadas en la serie de 1993.
En toda su carrera permitió 3.29 carreras limpias por juego completo, ponchó a mil 777 rivales y sus contrarios le promediaron para 255 de average.
Con la franela del equipo Cuba ganó el oro en múltiples eventos. Destacan los Juegos Olímpicos de Barcelona 92 y Atlanta 96, tres Campeonatos Mundiales, cuatro Copas Intercontinentales, dos Juegos Panamericanos e igual número de eventos Centroamericanos.
“El látigo”, Faustino Corrales
Dueño de una curva espantosa, entre las mejores que han existido en Series Nacionales, este veguero de pura cepa, tranquilo de carácter pero terrible en la lomita, jugó 23 temporadas y se convirtió en todo un maestro en el arte de ponchar.
Es uno de los pocos lanzadores cubanos que ha sobrepasado la cifra de 2 mil ponches (2 mil 360) y aún posee el récord absoluto en un juego de nueve entradas con 22, además de alcanzar ese liderato en cuatro ocasiones y una vez el de las lechadas propinadas.
Campeón nacional varias veces con su provincia Pinar del Río, tiene en su currículo un partido lanzado sin permitir hits ni carreras en 1991; y un total de 172 triunfos con 135 derrotas en su carrera.
Una muestra de su dominio es su promedio de limpias histórico de 3.29 y el bajo average de bateo de sus adversarios, al compilar en más de 2 mil 500 entradas un anémico 230. En el momento de su retiro se encontraba entre los primeros -de por vida- en varios apartados de pitcheo.
Integró varias veces la selección nacional. Todos recuerdan la final de la Copa Mundial de 1994, cuando liquidó por la vía del ponche a 14 rivales para asegurar la medalla de oro y en el juego final contra los anfitriones holandeses en el torneo inter-puertos. En este evento ganó un par de partidos y ponchó a 21 bateadores en 15 capítulos y dos tercios de labor.