Hace más de dos décadas, “Candelita” Iglesias ni soñaba con ser de los Orioles. Pero durante un juego cambió con otro niño una pelota por una gorra del que es hoy su equipo
Apenas nueve años tenía “Candelita” Iglesias cuando el equipo de los Orioles de Baltimore visitó Cuba en la ya lejana primavera de 1999.
Una sesión de entrenamiento en el estadio Cándido González de su natal San José de las Lajas antes de enfrentar al team Cuba, fue el pretexto perfecto. “Candelita” Iglesias, junto a varias de sus amistades, acudió al lugar para deleitarse con la presencia de esos “Big leagues” de los que todos susurraban historias increíbles por los pasillos de su colegio, según cuenta la historia del colega Peter Schmuck, del diario Baltimore Sun.
El partido oficial se efectuaría unos días después en el mítico Estadio Latinoamericano de La Habana y sería el primer equipo de las Grandes Ligas en visitar el país desde el triunfo de la Revolución en 1959, lo que había creado una tremenda expectación en los aficionados al béisbol.
Los padres de “Candelita” Iglesias seguramente le habían dicho que a ese histórico desafío solo podía asistir personal “invitado” para la ocasión. Esta práctica en su provincia representaba un privilegio enorme para él, que a pesar de la edad ya despuntaba como un buen jugador de pelota por sus excelentes manos en el diamante.
Durante las sesiones, otro niño en los graderíos llevaba puesta una gorra de los visitantes y “Candelita” Iglesias, como lo llamaban por su explosividad en el terreno, logró cambiársela por una pelota, empeñado en tener por primera vez en su vida una gorra profesional y un recuerdo de esa experiencia.
“Tenía el pájaro, muy parecido a esta. Cambié una pelota de béisbol por ella”-confesó a Peter Smuck, del Baltimore Sun durante uno de los entrenamientos.
Ni el más afamado de los profetas pudo predecir en aquel momento que 21 años más tarde ese niño estuviera vistiendo los colores de ese equipo en las Mayores. Y mucho menos que “Candelita” Iglesias sería el torpedero regular para la campaña que se avecina.
“No, nunca pensé en eso. Era demasiado joven, pero obviamente fue genial ver a un equipo de Grandes Ligas practicar y prepararse y observar cómo hacen las cosas, así que ahora estoy aquí”-manifestó.
“Mucha gente comenzó a seguir a los Orioles en ese momento. Personalmente, eso me trae algunos recuerdos, pero no creo que haya sido algo que haya seguido o que me haya convertido en un Oriol porque fueron allí o algo así. Pero definitivamente, creo que mucha gente de Cuba comenzó a seguir a los Orioles y quería saber acerca de ellos porque fueron allí”-añadió el pelotero cubano.
Después de eso, “Candelita” se convirtió en un excelente jugador de béisbol y abandonó el país durante un viaje a Canadá cuando era parte del equipo nacional juvenil de Cuba. Entró en las Grandes Ligas por la puerta ancha por su juventud y su talento.
Valorado siempre como un torpedero de élite, firmó su primer contrato profesional con los Medias Rojas de Boston y debutó en 2011; luego pasó por las franquicias de los Tigres de Detroit y los Rojos de Cincinnati, antes de recalar ahora con los Orioles, convertido en una pieza valiosa para el conjunto.
En la temporada pasada estableció los mejores números de su carrera con el madero en ristre, al dejar una línea ofensiva de 288/318/407 con 11 vuelacercas y 59 carreras remolcadas.
Roque Díaz