Un video grabado en el medio de una noche santiaguera muestra, según testimonio de uno de los presentes, cómo aconteció la fiesta de quince de quien aseguran es “la hija de un alto funcionario del Poder Popular en la provincia de Santiago de Cuba”.
En las imágenes se aprecian varios autos – estatales, por cierto – utilizados en la caravana, que eran “custodiados” por las fuerzas del orden.
Sí, el video muestra cómo uno de los “caballitos” llega, se posiciona en una intersección, detiene el tránsito que se aproxima por la tranversal y deja pasar la caravana de autos estatales que detrás, amarrados en el maletero, traen unos globos.
El hecho ocurrido el pasado 28 de diciembre fue grabado desde un celular y aseguran constituye un testimonio más de las arbitrariedades que a cada rato ocurren en la isla y en la cual incurren algunos dirigentes de no tan probada austeridad.
La plataforma que divulgó el video asegura que es la hija de un alto funcionario del gobierno en la provincia, sin embargo, otros testimonios recopilados en las redes explican que se trata de una fiesta de quince “colectiva” de las que a cada rato se celebran en la ciudad. ¿Cuál de las dos versiones es la correcta?
A pesar de que en la isla todavía pesan las restricciones para el consumo de combustible, varios de los autos que aparecen en la escena están sin dudas haciendo no solo derroche del líquido, sino también de poderío. En alguno de los automóviles se podían leer las siglas PADIT, que es la Plataforma Articulada para el Desarrollo Integral Territorial, que está liderada por el Ministerio de Economía y Planificación (MEP).
“Cerrar una cuadra” o “alquilar una discoteca” son algunas de las estrategias que algunos padres usan para darle a sus hijas unos quince como los que se merece la jovencita; pero esto es un deseo asequible a algunos mortales.
Los quince y las descarguitas de no pocos hijos de dirigentes cubanos entre los años 80 y 90´, solían ocurrir entre música de la época difundida a través de poderosos equipos de audios y botellas del mejor ron y hasta whisky, con cuadras cerradas y el Johnny o el Salón Rojo del Hotel Capri alquilado, aunque en honor a la verdad, este redactor nunca fue testigo de una caravana de autos estatales custodiada por las fuerzas de la PNR.
por Roberto A.
foto de portada referencial.