Tres de las familias que durmieron 16 días a la intemperie tras un derrumbe en su edificio en La Habana fueron reubicadas en un albergue temporal en espera de que les entreguen una vivienda, lo cual, en muchos casos, puede tardar años.
Estas familias permanecen ahora en unas antiguas oficinas localizadas en Muralla y San Juan de Dios, cerca del que fue su hogar, Zulueta 505, que lleva varios años en peligro de desplomarse completamente a pocas cuadras del Capitolio habanero.
De unas nueve familias que iniciaron la protesta al sacar sus pertenencias de la edificación, al parecer solo estas tres aceptaron locales ofrecidos por el gobierno de la provincia, y el resto fueron desplazados por la fuerza del lugar apenas una semana atrás.
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Hamaya Cuesta, una de quienes aceptaron la propuesta del gobierno provincial, dijo a Radio Martí que ahora están más seguros y que las autoridades afirman que esta es una solución temporal.
Ella explicó que el albergue transitorio “está bueno”, que pueden conectar sus equipos electrodomésticos y que tiene sus espacios divididos, aunque no saben hasta cuándo tendrán que permanecer allí.
Cuesta fue una de las residentes de Zulueta 505 que salió con sus pertenencias y estuvo poco más de medio mes en un portal cercano después de un nuevo derrumbe, como forma de presionar para que les dieran un hogar digno.
A principios de mes, escribió en su cuenta de Facebook, junto a unas fotos que mostraban su precaria situación: “Nuestro domingo. Ya llevamos más de una semana en la calle y aún no sabemos qué nos puede esperar el destino. Solo quiero preguntar al nuestro gobierno dónde están las tantas viviendas que mencionan por el noticiero”.
Días después, el gobierno movió por la fuerza a las familias que no aceptaron el mismo traslado que Hamaya para irse al albergue, e incluso los citaron para una estación de policía, en donde recibieron amenazas para que accedieran. De estos, no ha trascendido más información.
Aunque las familias que ahora viven en las oficinas que se encuentran localizadas en Muralla y San Juan de Dios esperan que su estancia allí sea transitoria, una antigua habitante de Zulueta 505 que ya fue reubicada años atrás, permanece todavía en uno de estos “sitios de tránsito”.
Ross Matos recordó en Facebook que lleva “12 años aquí en Empedrado esperando “UBICACIÓN” para vivir, lugar que además está en malas condiciones y temo por la vida de mi hijito de solo 9 meses y por la de todos los que vivimos allí”, después de haber habitado en Zulueta 505 durante otros 23.
Muchas de las edificaciones del deteriorado fondo habitacional habanero son trampas mortales que se sostienen en condiciones precarias, con peligro para la vida de miles de habitantes de la capital.
Según datos del último Censo de Población de 2012 y otras evaluaciones realizadas hasta junio de 2017 –manejadas por Oncuba News– Cuba tenía más de 3,824,000 viviendas, de las cuales, un 39 por ciento estaba en regular o mal estado técnico.
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