En La Habana desactivaron una fábrica ilegal de gelatina y además, al implicado le encontraron mucho dinero: un millón 772.500 CUP y 125 CUC.
Sin gelatina y sin dinero. Así quedó este presunto delincuente en La Habana tras la aparición en sus predios de oficiales del Ministerio del Interior, alertados por lo que llamó el NTV “una denuncia ciudadana”, modo eufemístico con el cual llamaron al entretenimiento de no pocas personas en los barrios: “el chivatazo”.
Fue gracias a la “incontinencia lingual” de alguien en el municipio Guanabacoa, en La Habana, que la PNR pudo desactivar una fábrica ilegal de gelatina y ocuparle a su “gerente” más de un millón de pesos cubanos.
En total fue un millón 772.500 CUP lo que le encontraron al sujeto en un saco; además de 125 CUC.
También le encontraron materias primas de producción industrial y de importación. Y aunque en la inmensa mayoría de las cafeterías del estado la higiene es pésima y pululan insectos como cucarachas y moscas, y en las conocidas bodegas te despachan la mercancía como quiera y los dependientes fuman y despachan con la mano con olor a nicotina, dijeron ahora en el reportaje que el “empresario privado” preparaba la gelatina en pésimas condiciones higiénicas que podían poner en peligro la salud de los consumidores.
A este “insensible epidemiológico” le ocuparon además 18 sacos sellados se azúcar refino, 20 litros de saborizantes artificiales, una máquina mezcladora, 56 envases de azúcar concentrada y otros productos que se utilizaban para la fabricación ilegal de la gelatina.
El sujeto tampoco poseía documentos legales de la vivienda donde ejercía la actividad. Tampoco los electrodomésticos hallados “tenían papeles”. Muchísimo menos tenía los documentos que amparaban la pertenencia “legal” de la materia prima para los productos que comercializaba.
Por todos estos “factores”, el individuo fue arrestado, conducido, en espera de que “cante” y cuente de dónde obtenía o quién le suministraba la materia prima para la fabricación de la gelatina y de dónde salió tanto dinero.
Sin mercancía, sin dinero, sin materia prima, sin casa y sin electrodomésticos, el futuro para este ciudadano no se presenta blando como una gelatina, sino bien duro; tan duro como un muro de concreto.
por Ariel P.
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