“EE.UU. suspende todos los vuelos chárteres: medida para aislar más a las familias cubanas”, dijo en Twitter Díaz-Canel. No, no son todos, son los privados.

“EE.UU. suspende todos los vuelos chárteres: medida para aislar más a las familias cubanas. Continúa la retórica hostil, el recrudecimiento del bloqueo, el odio y el desprecio hacia los cubanos. #AquíNoSeRindeNadie #NoMåsBloqueo #SomosFlag of Cuba”, tuiteó esta mañana el gobernante cubano Miguel Mario Díaz-Canel, confundido, porque no fueron “todos los vuelos chárteres”, sino los privados.

Expresa un colega de estudios que Díaz-Canel debió haberse confundido, tal vez alterado porque Mike Pompeo le fastidió la celebración del cumpleaños 94 de Fidel Castro con tan mala noticia.

“Existe una gran diferencia entre todos los vuelos chárter y “los vuelos chárter privados”; sin dudas le afecta, más que nada a la economía del país, y ni tanto; pero esto puede ser un adelanto o una premonición aunque, yo no creo que lleguen a tanto. Trump se va en noviembre”, expresó el colega que pidió no ser identificado.

A mí lo que me molesta es la falta de asesoría que tiene ese hombre. Ya van varias veces que tuitea y mete la pata. Eso, en el caso de un mandatario, es peligroso,” señaló además.

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En medio de tanta separación -a pesar de la corta distancia- y con la comunidad cubana en el exilio sumamente preocupada por no poder ayudar económicamente a sus familiares en Cuba, vuelos detenidos desde varias partes del mundo, la equivocación de Díaz-Canel, involuntaria, es una preocupación extra.

Lo cierto es que EE.UU. parece empeñado en cercenar todas las vías mediante las cuales el gobierno de La Habana inyecta dólares a su economía. Una de ellas son los vuelos.

En el 2019 canceló todos los vuelos de las compañías regulares que volaban a aeropuertos cubanos del interior del país. Dejó a American Airlines, Delta, Jetblue y Southwest con la opción de volar solo a La Habana. Luego, le canceló también esa opción a los vuelos chárter regulares. Ayer, a los vuelos chárter privados.

Buena parte del exilio se encuentra contento con esta medida. Otra parte no tanto.

Si se mete con mi madre, si no puedo ir a Cuba, eso sí que no lo voy a permitir“, me dijo ayer vía telefónica otro cubano, este residente en Miami. A la pregunta de si iría a protestar frente a alguna oficina del gobierno expresó: “No, eso no lo voy a hacer“.

por Ariel P.


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