Finalmente el gobierno y el Estado cubanos reconocen la valía del cuentapropismo; del trabajador privado. Medidas aprobadas ayer así lo reafirman.

Medidas que durante años venían pidiéndose fueron aprobadas ayer. Eran consideradas “contrarias al proyecto socialista”. Tuvo que llegar la pandemia del coronavirus y la administración de EE.UU. apretar tuercas para que aprobaran algo que no debió estar prohibido nunca.

Hace tres años, cuando un grupo de cuentapropistas cubanos, alarmados por la ola de decomisos, multas y ataques en las redes y en los medios, se reunieron con funcionarios del Ministerio de Comercio Interior, no pocos los catalogaron de “ilusos” por intentar convencer al sistema que, lejos de imponerles trabas, mejor era estimular su crecimiento.

Recuerdo, como si fuera hoy, que se les acusaba de ser algunas cosas muy malas -en Facebook proliferaban palabras como “mercachifles”, “pichones de capitalistas” y otras- y ellos, unos cuarenta y tantos, firmaron un documento que hicieron llegar a las autoridades en la isla.

Si no hubo más firmas es por lo que todos sabemos: el cubano tiene miedo a firmar algo que vaya “contra el sistema”.

Sin embargo, y confirmándose la lógica, tres años después de aquellos hechos, el gobierno de la isla, empujado por las actuales circunstancias económicas, ha accedido a hacer realidad aquello que parecía un sueño.

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Un amigo dice que la medida dada a conocer ayer en la Mesa Redonda es un profundo desmentido a todo lo que siempre se dijo y se creyó en la isla con relación a la propiedad privada.

“¿Resulta ser que Fidel Castro estaba equivocado?”, preguntó el amigo en tono de sorna. La realidad parece darle la razón.

No pude dejar de pensar ayer en un tío mío, que a duras penas terminó el sexto grado, pero que con la experiencia de los años, acumulada desde 1959, no cesaba de repetirme que en Cuba, las cosas se lograban y daban de poquito en poquito.

A menudo hablaba de “la olla de presión” y hacía la analogía de cómo, si la cosa apretaba, ellos -se refería al gobierno- lejos de retirar la válvula, le iban sacando la presión “de poquito en poquito”.

Me complace conocer que no soy el único que piensa así. Lo hubiese querido expresar mejor pero, por suerte, en las redes tenemos a ese profesor de comunicación que responde al nombre de José Raúl Gallego.

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¿Qué sucedió ayer?

El oficialismo lo describe como un “perfeccionamiento del Trabajo por Cuenta Propia” y, en aras de eso, presionado por la crisis alarmante que hay en el país provocada por factores de todo tipo ha decidido, dar “facilidades” a los cuentapropistas.

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Comenzaron en días pasados con la apertura de centros para la compra mayorista.

Ayer, Marta Elena Feitó, Ministra de Trabajo y Seguridad Social, fue más allá y sin que mediara una disculpa pública por todo lo que hasta hace un tiempo atrás ha sucedido en Cuba con el cuentapropismo y los cuentapropistas dijo que estas medidas, “son estos pilares del funcionamiento adecuado de la economía a los cuales el gobierno está prestando especial atención.

La funcionaria reveló que “la política de empleo del trabajo está inscrita como una de las 16 áreas claves concebidas en la estrategia por su transversalidad que impacta a toda la economía y la sociedad en general y porque ubica al recurso humano como centro, sin el cual es imposible materializar cualquier proyecto.”

“Se busca garantizar que los niveles de ingreso por el trabajo constituyan la fuente fundamental del trabajador y su familia, para lo que se precisa eliminar los límites administrativos en el sector empresarial y generalizar el pago por alto desempeño,” señaló

Según relató Feitó, “se prevé potenciar la producción nacional, la exportación de bienes y servicios, la sustitución de importaciones y los encadenamientos productivos, a la vez que se imbriquen los métodos administrativos con esquemas de incentivos económicos y desarrollo profesional,” y para ello “el sector de Trabajo por Cuenta Propia también sufrirá modificaciones ya que, en un proceso gradual, se eliminará el listado de actividades que limita el nivel de inventiva de los cubanos y se sustituirá por labores de un perfil más amplio en el que los interesados presenten sus propios proyectos.”

Resumiendo: que estaban equivocados. Que sí se puede. Lo que hasta ayer no habían querido.

por Ariel P.

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2 Comments

  1. Vieron los que les dije aquella noche frente al merendero de mi adorado pueblo de Mir, cuando ustedes mis queridos amigos, Luis Ramires que fue la punta de la lanza, Néstor, Pastor y demás me pidieron mi umilde opinión hacerca de la situación económica de mi Adorada cuba.

    Les dije.

    El Gobierno y el estado cubano poco a poco por leyes de la naturaleza tiene que dejar desarrollar la economía de mercado, porque es el sistema mercantil de nuestra naturaleza.

    Y todo el que se opone a las leyes de nuestra naturaleza es arrastrado a la extinción por las insuperables fuerzas de la evolución.

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