“Caballo de Troya” y presunto “mercenario de la política contra Cuba”. Así ha calificado el diario Tribuna de la Habana al destacado compositor Descemer Bueno tras sus últimos tres días de directas soltando lo que pudo decir y dijo, en contra del gobierno cubano, al que calificó de ser todo lo malo habido y por haber.
Tantos desmanes en boca del popular Bueno no iban a quedarse en la nube. Rápido, el ejército oficialista salió al contraataque y tras una décima fallida de Ray Fernández vino un arrebato de Arnaldo, el del Talismán, cuyos negocios con el gobierno cubano para que ómnibus con turistas se detengan frente a su paladar, para que estos almuercen, no están del todo claros. Pero bueno, no nos escandalicemos con Arnaldo que él suele tener esos problemas “ideológicos” con “la lucecita”. Constantemente se le apaga.
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No contentos con esto, y dejando a un lado los pesos pesados del viceministro de Cultura Fernando Rojas, y el funcionario Alexis Triana, saltó ahora Raúl San Miguel, quien en días pasados – dicen fue él – se escondió tras el pseudónimo de Cleo Arioza para escribir un texto en el Tribuna; pero que ahora, usó su propio nombre para arremeter contra el hombre de éxito, que siempre ha sido, musicalmente hablando, Descemer Bueno.
San Miguel, subdirector del Tribuna, sugirió que las críticas de Descemer Bueno vienen ahora, al caso, por no poder ejercer su música dentro de la isla.
Luego, da por sentado, no sé si por conocimiento o por intuición, que ya no podrá volver a exponer su arte en Cuba. Y decimos que “por conocimiento”, porque ya las autoridades del Instituto de la Música y del Ministerio de Cultura en la isla dieron la orientación -verbal, como casi siempre- que Bueno no aparezca “ni en pintura” en la radio porque “se metió con el Comandante”, al decir de una locutora de radio cubana que, bajo anonimato, nos envió la información.
Al oficialista Raúl San Miguel le parece que al maestro Bueno le interesa “politizar” su posición contra el sistema en Cuba, y la alerta -imaginamos- debe ser preocupante porque su visibilidad es mundial.
“Resulta conocida la forma en que se manifiestan aquellos como Descemer Bueno, exponen su inconformidad en las redes sociales para generar un estado de opinión contrario a las posibilidades de continuar su labor artística en nuestro país”.
Según el columnista ya es común este tipo de actitud en los “mercenarios de la política”, y al hablar de ellos seguramente pensó en otros que, según la estrechez del cristal con que suelen mirarlo ellos, “sucumben a las presiones” del exilio.
Así pensaron de Celia Cruz y Bebo Valdés, por mencionar solo dos ejemplos de los que, recientemente, echaron cordel sin la más mínima gota de arrepentimiento.
Lo curioso es que esta “posición política” de Descemer es criticable para San Miguel, pero luego menciona como ejemplo de lo que según él, sería correcto, a Raúl Torres, quien desde hace años dejó de ser trovador, para convertirse en un portavoz musical de la política del gobierno de Cuba.
Si Raúl Torres puede ser “político” y Descemer Bueno no, no parece que tenga mucho sentido.
por Ariel P.
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