Estados Unidos reporta este año la presencia de varias enfermedades transmitidas por mosquitos, como el dengue y el Virus del Nilo Occidental, lo cual preocupa a las autoridades, más concentradas en mitigar el impacto de la pandemia.

El coronavirus obligó a los departamentos de salud a centrar sus esfuerzos contra la COVID-19 y provocó que algunos estados se vean superados por la situación y no puedan realizar de forma eficaz el monitoreo contra los mosquitos que propagan enfermedades mortales.

En muchas ciudades, los laboratorios y el personal que trabaja en la detección y combate de los insectos están abrumados debido al aumento de casos de coronavirus, indica un reportaje de The Associated Press y KHN, replicado por El Nuevo Herald.

En Ohio, el laboratorio estatal no puede recibir las muestras debido a la COVID-19, mientras en Houston, Texas, parte importante del personal de control de mosquitos labora ahora en el enfrentamiento a la pandemia.

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En Florida, funcionarios analizaron sangre de pollos para encontrar muestras de “exposición a virus transmitidos por mosquitos en el abrumado laboratorio estatal a mediados de junio, una tarea que generalmente comienza en la primavera”, informa el reporte.

En este contexto, los Cayos de Florida registran 14 personas con dengue adquirido localmente; Massachusetts detectó el primer mosquito portador de Encefalitis Equina del Este y el Virus del Nilo Occidental fue encontrado en especies infectadas en 18 estados y hay 9 personas enfermas.

Las pruebas de COVID-19 copan los laboratorios y no dejan espacio para más, lo cual dificulta la detección y control. Además, a esto se suma que los departamentos de salud pública estatales y locales del país viven una precaria situación económica por la falta de fondos, y han perdido trabajadores en la última década, detallan KHN y The Associated Press.

En Estados Unidos, las principales enfermedades transmitidas por estos insectos matan alrededor de 200 personas anualmente, una cifra que no es mayor por los “esfuerzos de los departamentos de salud pública para frenar la propagación, a diferencia de otros países donde cientos de miles de personas enferman y mueren cada año”.

Para ayudar, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) realizan pruebas en varios estados, entre estos Florida y Arizona. Incluso, un informe suyo avisaba que el control de los mosquitos debía continuar pese a la pandemia.

Pese a esta intervención, expertos indican que se requiere de una inyección de fondos y de disponer de personal preparado especialmente para estas funciones que no tenga que dedicarse también a otros programas, como una efectiva solución a largo plazo.

Omar Cortázar


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