Unas fotos enviadas desde Cuba nos muestran la matazón que hay, ahora mismo, para poder adquirir en Cienfuegos “la poderosa” Tarjeta AIS.
Imágenes enviadas desde Cienfuegos confirman el refrán: el cubano no sabe hacer una cola. Se trata ahora, en estas imágenes, de la matazón en la cola para hacerse una tarjeta AIS, de Fincimex; esa que le posibilitará a su poseedor, de recibir dólares en ella -o euros, o yenes, o francos suizos- poder adquirir con la moneda fuerte -y la tarjeta- los productos de “alta gama”, prometidos recientemente por el Estado, como parte de las últimas medidas desde la isla para paliar la crisis económica.
Ya no se trata de alimentos, se trata de “la cola”. Siempre terminan, donde no existe una autoridad que los atice y controle, agolpándose unos sobre otros, como las penas de la famosa y bella canción de Sindo Garay.
Según Lis, la colaboradora que nos envió las fotos desde esa provincia, ya los cienfuegueros están hasta pernoctando en la casita de la esquina de la Calle Cid y la Avenida 30, en el reparto Bonneval. Todos quieren su tarjeta mágnetica AIS; ya luego, a la tarjeta AIS “le caerán los dólares”.
“Esto es ahora mismo,” nos confirma Lis desde Cienfuegos, mientras lamenta que una de las fotos le quedó borrosa.
“Había un mulato con un pitusa y un casco de moto en la mano que me miró con tremenda jeta“, explica Lis desde la hermosa Perla del Sur para justificar la mala calidad de la imagen que finalmente desechó.
“Esto es en el lateral del terrenito de pelota que hay por la casa nueva de Muñoz (el pelotero). En esas casitas que eran dos iguales de CUBALSE, antes vivían unos técnicos vietnamitas y después vivió por muchos años un comunista guerrillero hondureño que estaba escondido de alguien aquí en Cuba por mucho tiempo“, refiere Lis para intentar hacerme recordar una ciudad que abandoné hace ya más de diez años.
“Es frente a los biplantas donde le dieron casa a la gente del frontón” explica mientras las imágenes son elocuentes: no hay un lugar para guarecerse de la sombra. Si llueve, ¡hasta las tarjetas AIS se mojan!
Sin embargo, la necesidad de poder contar con moneda fuerte para adquirir productos de primera necesidad es superior a cualquier otra cosa, y las imágenes lo demuestran.
En realidad ni siquiera son tantos, pero guardar la distancia social no parece estar entre los planes de muchos de ellos. De hecho, si se fijan en las fotos, algunos, muy pocos, tienen nasobucos; el resto, no.
“Ahí a mí no se me ha perdido nada,” dijo desde su casa Pedrito, cuando lo llamamos para preguntarle si se haría su tarjeta AIS, y hacerle saber que en Imago, la tienda en la cual él estuvo con mucho embullo el lunes, ya se acabó el aseo.
por Roberto A.
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