Abrieron las tiendas y en las colas se escucha de todo. Si no tienes tarjeta magnética, ni se te permite entrar a mirar los estantes repletos. “Comer ahora es un privilegio para los familiares y amigos de la emigración”, admite un entrevistado por Cubacomenta

Como era de esperar los cubanos han hecho largas filas este lunes a la entrada de las nuevas tiendas en dólares inauguradas por el gobierno de la isla para obtener divisas. Cuando entran al establecimiento han encontrado una imagen que muchos solo habían visto en películas: variedad de carnes, de quesos, y de otros productos que no aparecen en la isla ni en los centros espirituales. Ahora los familiares y amigos de los emigrados son bendecidos

Cubacomenta visitó varios establecimientos para conocer de primera mano la percepción de la gente ante estas nuevas medidas que han divido a los cubanos en dos bandos: los que piensan que provocarán profundas rupturas sociales y los que creen que son necesarias para aliviar la grave crisis económica que atraviesa el país, acentuada ahora por la falta de los ingresos del turismo debido al coronavirus.

“Yo creo que es una medida desesperada de un gobierno que se quedó sin liquidez y endeudado. Lo peligroso es que está cargándole la deuda a la comunidad cubana en el exterior, que se verá obligada a enviar moneda fuerte a sus familiares en la isla. En el sentido más simple y de la calle es puro chantaje”, dijo un profesor universitario que prefirió no revelar su nombre.

“Lo otro que creó que es que están apostando a recoger algo de dinero para llegar hasta noviembre, a las elecciones de EEUU, con la esperanza de que salga Biden, que prometió volver al rumbo trazado por el expresidente Obama”, agregó otro joven que ocupaba uno de los últimos lugares en una larga cola que comenzó desde la madrugada en La Puntilla, uno de las tiendas habilitadas para vender en divisas.

De cualquier manera es una medida discriminatoria, aunque digan lo contrario, la realidad se refleja en los anaqueles de las tiendas. En las nuevas por dólares hay de todo mientras en las que se paga con las monedas cubanas la escasez es notable. La medida de desgravar el dólar responde a la necesidad de crear incentivos para los compradores y los que mandan o traen dinero. Que lo hagan ahora demuestra que siempre pudieron hacerlo, pero era más fácil quedarse con el 10% de todas esas remesas de gratis. Era abusivo”, remarcó.

El gobierno tomó esta medida seguro de que existe una solvencia de dólares entre un grupo importante de cubanos, con familiares fuer de la isla, como quedó demostrado en los establecimientos donde se venden equipos electrodomésticos y motos.

Para comprar en las tienda los clientes tienen que usar una tarjeta cargada con moneda libremente convertible, ya sea en dólares u otras monedas extranjeras.

El amplio surtido de estos comercios contrasta con la situación existente en otras donde se vende en CUC o CUP. En estas instalaciones apenas hay productos y los cubanos hacen enormes colas para comprar sin tener la certeza de que alcanzarán lo necesario.

A las tiendas también se han acercado personas solo con el ánimo de tratar de ver los productos que ofertan, pues no pueden entrar sin tener una tarjeta que les acredite la compra.

Entre estos se encuentra Juan, un veterano de la guerra de Angola, que vive solo. No tiene familiares fuera. “Yo soy un jubilado, que además no tengo a nadie afuera. Estaba “luchando” en una cafetería particular, ayudando en lo que se presentara, y con la Covid cerró, y no la veo pasar hace meses. Ojalá lo que se recaude sirva para aumentar otras ofertas a la gente que no puede” manifestó Juan, quien fue antes chófer de guagua en una ruta habanera.

En las afueras de otra tienda de las recorridas, un muchacho no ocultaba su molestia mientras conversaba. A pesar de que cuenta, dice, con más de 500 dólares para comprar y un hermano en Miami, que es director de una empresa de seguros y que puede enviarle el dinero que necesite.

“Le soy sincero, es una falta de respeto al pueblo, porque es una discriminación, un obrero un enfermero, un médico o jubilado, no puede comprar ahí, y no estamos hablando de lujos sino de comida, que es sin duda el principal problema de este país, y creo que por respeto a los obreros y a los cubanos eso no se debería hacer. Ahora la supervivencia está en que tengas un familiar afuera que te envié el dinero, el derecho a los alimentos no puede ser discriminatorio”, refirió a Cubacomenta bajo condición de anonimato.

“Comer ahora es un privilegio para los familiares y amigos de la emigración”, concluyó.

Este reportero indagó además sobre las nuevas medidas que permiten a pequeñas y medianas empresas del sector privado importar y exportar, otro tema álgido en estas largas colas que amenazan con extenderse durante todo un día.

“Hablar de eso en medio de la pandemia parece una burla. O algo mal pensado. No creo tampoco que los posibles inversores tengan confianza suficiente en un gobierno que de no pagarle a empresas pequeñas las ha obligado a cerrar. A muchas de las pequeñas empresas españolas les debe un monto que suma más de 300 millones desde 2018”, reconoció un joven que estudia cuarto año de Economía en la Universidad de La Habana.

En las colas se ven a personas de distintas edades apenas guardando la distancia física entre ellas, una de las recomendaciones para protegerse del contagio por coronavirus que según cifras oficiales está controlado en Cuba. Hoy, por ejemplo, no se reporta un solo caso de esta enfermedad en la isla.

Una periodista retirada después de 40 años en la prensa oficial admite que su jubilación apenas llega a los 300 CUP. Además que vive gracias al dinero que le manda su hijo, quien atravesó hace diez años la frontera de México para llegar a Estados Unidos. Hoy vive en La Florida donde vende autos. “Quiero creer que sea bueno para el pueblo a la largo plazo, pero no tengo total seguridad en eso. Ahora, lamentablemente tendrán una mejor calidad de vida los que tengan dólares suficientes para comprar en estas tiendas. El resto tendrá que esperar que estas medidas rindan sus frutos. Por el bien de todos espero no demore tanto en que den los resultados positivos que asegura el gobierno”.

En medio de una cola surgió una acalorada discusión sobre la repercusión de estas medidas entre un joven y un militar jubilado de las Fuerzas Armadas Revolucionarias ( FAR), quien defendía a capa y espada la postura del gobierno.

El debate fue aplacado por las personas que apartaron al joven y exhortaron al militar a que mantuviera la calma, que por suerte, el también pertenecía a la clase privilegiada que tiene dólares en Cuba.

Ariel Peñate

 

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