Los famosos muñequitos rusos, aquellos dibujos animados que marcaron las vidas de los cubanos durante décadas, también viven en Miami, pero en prendas de ropa.
Un emprendimiento cubano con varios años ya, Fresko Habana, tiene una tienda en el centro comercial Sunset Place de South Miami, en donde se pueden encontrar camisetas con los recordados personajes de animados polacos Bolek y Lolek, y otras referencias a la época en que Cuba estaba fuertemente unida al desaparecido Campo Socialista.
“Yo corría para ver esos muñequitos. Me encantaban porque eran sin palabras”, contó a El Nuevo Herald uno de los creadores de Fresko Habana, Mariela Hurtado, quien diseña las piezas de ropa junto a Gisel Reigada.
Los años 70 y 80 en Cuba estuvieron caracterizados por un fuerte acercamiento económico y cultural de Cuba con los países socialistas, de donde no solo llegaba comida, pues también se colaron en la vida cotidiana los “muñequitos rusos”.
El Herald cuenta que Hurtado, de 37 años, y Reigada, de 36, estudiaron Leyes en la Universidad de La Habana, pero siempre mantuvieron vínculos con el mundo del arte, motivo que los llevó a crear Fresko Habana, proyecto estrenado en 2016, en una feria FIHAV.
Los maniquíes de la tienda muestran t-shirts con la imagen de Bolek y Lolek, pero también otros personajes de los muñequitos rusos, los muy famosos El Lobo y la Liebre, que fueron populares en la isla como “Deja que te coja” o “Me las pagarás”.
Una colección de Fresko desfiló en la Fábrica de Arte en La Habana, conocido centro artístico del Vedado en la capital cubana, y el emprendimiento tiene puntos de venta en los Almacenes San José, espacio de la Avenida del Puerto en donde se reúnen artesanos y diseñadores.
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Además de los “muñequitos rusos”, entre los motivos de inspiración de sus piezas se encuentra el no menos popular ventilador Orbita, que de usarse para descongelar refrigeradores se convirtió en arma contra el calor.
También hay vestidos con la estampa de los antiguos Betacam -videocintas creadas por Sony en los 80-, o de los populares autos Fiat Polski, que los cubanos bautizaron como “polaquitos’.
Omar Cortázar
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