Lo que se temía y daban casi por hecho se ha confirmado. El hallazgo sin vida de Naya Rivera supone una triste noticia para los allegados y seguidores de la actriz de 33 años.
Luego de una semana de haber iniciado la búsqueda del cuerpo de Naya Rivera, una de las estrellas de Glee, las autoridades han anunciado este lunes el hallazgo, sin vida, del mismo. Y hoy, justo cuando se cumplen siete años de la muerte de su colega Cory Monteith, otra de las “coincidencias” que reafirma a muchos la maldición que cayó sobre algunos actores de la serie.
Naya fue finalmente encontrada en el lago Piru de California, el mismo lugar donde desapareció, informa Variety. El triste desenlace se produjo tras haber saltado a nadar de la barca en la que estaba de excursión con su hijo Josey, de cuatro años, y a la cual no regresó jamás. La noticia muy triste pero también esperada, pues la oficina del Sheriff encargada de organizar la búsqueda había explicado hace días que las posibilidades de encontrar a Rivera con vida eran prácticamente nulas.
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Nacida en California, la actriz de ascendencia puertorriqueña consiguió la fama gracias a su papel como Santana Lopez en la serie Glee. Sin embargo, su camino en el mundo del espectáculo comenzó cuando era tan solo un bebé, en un anuncio de la cadena de tiendas Kmart.
Desde entonces, no dejó de aparecer en diferentes espacios televisivos con papeles cortos y secundarios. Así pudimos verla en producciones como 8 Simple Rules y CSI: Miami, hasta que llegó Glee. En paralelo y desde que cumplió los 15 años, la actriz también se dedicó al mundo de la música, cantando y componiendo sencillos, aunque su trayectoria no fue tan extensa como la que registró en el mundo de la actuación.
En 2015 recibió al pequeño Josey, fruto de su relación con el también actor Ryan Dorsey, pero poco después se separaron. Durante la cena de Navidad de 2017 la pareja tuvo una fuerte pelea y se divorciaron. No obstante acordaron de forma amistosa compartir la custodia y las decisiones importantes relacionadas con el futuro del niño, que presumiblemente ahora será competencia exclusiva de su padre.
Olivia Pérez