El coronavirus los separó, pero una mujer en Florida estaba dispuesta a todo con tal de ver a su esposo recluido en un hogar de ancianos.
A Mary Daniel no le importó trabajar de lavaplatos en Rosecastle en Deerwood, un centro de asistencia en Jacksonville, si eso le permitía ver a Steve después de meses de separación porque una orden estatal prohibió visitas a hogares de ancianos debido a la COVID-19.
Aquejado por Alzheimer, el hombre de 66 años permanecía recluido desde julio de 2019, pero su esposa acudió todas las noches a prepararle la cama hasta marzo pasado, cuando le dijeron: “No puedes volver”, cuenta NBC San Diego.
El gobernador de Florida, Ron DeSantis, indicó entonces que los hogares de ancianos del estado no recibirían visitas para evitar el impacto del coronavirus, que había afectado ya a varias de esas instituciones.
Mary Daniel, de 57 años, se sintió perdida y desesperada y trató de visitar a Steve con una ventana de por medio. Pero ante las dificultades y los meses que pasaban sin ver a su esposo, contactó con el personal de Rosecastle y se ofreció de voluntaria para trabajar allí, con tal de verlo.
Después de un tiempo de espera, “de la nada hace dos semanas, llamaron y dijeron: ‘¿Quieres un trabajo?’ Cuando descubrí que era lavaplatos, pensé: ‘Bueno, ¡bien! Creo que ahora soy un lavaplatos’”, contó.
Cuando pudo ver a Steve nuevamente en el pequeño hogar de ancianos de solo 50 residentes, su esposo tenía los ojos llorosos, la reconoció y dijo su nombre.
Desde entonces, ella cumple a cabalidad todas las medidas para evitar el contagio con coronavirus en Rosecastle, en donde todavía no se ha reportado ningún caso. Para ello se ha realizado varias pruebas para detectar la COVID-19.
“Me he hecho análisis tres veces. No voy a lugares a los que no necesito ir. Si tengo que ir a la tienda por comestibles, mantengo el distanciamiento social”, explica la feliz lavaplatos, quien trabaja dos días a la semana en turnos de hora y media.
“Mary ha sido parte de nuestra familia desde que su marido, Steve, se mudó a nuestra comunidad, pero estamos orgullosos de darle la bienvenida a nuestro equipo. Estamos felices de informar que Mary ha tenido un gran comienzo en su nuevo papel, y estamos emocionados de ver los cambios positivos en el comportamiento de Steve también”, dijo Kelley Withrow, directora ejecutiva del hogar de ancianos en la cuenta de Facebook de la institución.
Después de que termina su jornada laboral, Mary Daniel pasa las tardes con Steve y lo ayuda a quitarse la ropa y alistarse para la noche, como hacía antes de que el coronavirus interrumpiera sus vidas, algo que agradece el personal de Rosecastle.
Pero además de trabajar como lavaplatos, Mary creó un grupo el Facebook llamado “Cuidadores para el compromiso”, para pedir a DeSantis que se comunique con los cuidadores y conozca cómo la separación de los seres queridos influye negativamente en los residentes.
Además, estudia alternativas que se pudieran implementar en estos casos para ayudar a familias que sufren lo mismo que ella soportó, como realizar visitas en salas desinfectadas o al aire libre.
“Nuestro objetivo número uno es comunicarnos con el gobernador. Estamos pidiendo un contacto”, aclaró.
Mientras espera por ese momento, Mary Daniel sigue presentándose puntual a su puesto de lavaplatos y cuidando de Steve con el mismo amor de siempre.
Omar Cortázar
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