Muchos en la Florida no están contentos con estos “paños tibios” de Ron DeSantis para evitar los desalojos. Exigen una solución verdadera, que perdure.

Todos aquellos que en la actualidad enfrentan una difícil situación para efectuar los pagos de sus rentas o la liquidación de sus hipotecas recibieron un espaldarazo de parte del gobernador de la Florida, Ron DeSantis, quien extendió hasta el próximo primero de agosto la prohibición de desalojos y ejecuciones hipotecarias en este estado.

Para muchos, esta es una de las medidas fundamentales de todas las rubricadas por DeSantis.

Esta “protección” a los necesitados, a los más desprotegidos monetariamente en el estado, tras el cierre de miles de negocios y los despidos laborales, le ha ganado afectos a Ron, algo que compensa un tanto las torpezas que ha acumulado, entre ellas culpar a los trabajadores agrícolas latinos del repunte de nuevos casos de coronavirus que ha ocurrido en las últimas semanas en el estado.

DeSantis firmó esta orden ejecutiva el pasado martes a las 8:00 pm.

Numerosos residentes en la Florida se encontraban justo al límite ese día, pues al otro vencía el plazo de la medida que los protegía de ser echados a la calle por los bancos y los dueños de las casas donde residen.

No pocos propietarios hasta habían enviado notas a residentes; no pocos residentes ofrecieron declaraciones a medios sobre este particular: estaban siendo amenazados de ser echados a la calle.

Increíblemente, la prohibición, que vencía este miércoles 1 de julio a las 12:00 am, se refería solamente a domicilios residenciales, y no a edificios comerciales.

Es decir: a la gente; al pueblo.

El malestar en muchos los llevó además a una medida “extrema”: salir. Se “dispararon” hacia el frente de la Corte de Miami-Dade, donde se manifestaron para evitar ser puestos en desalojo.

Sin embargo, muchos de ellos no están contentos con estos “paños tibios” de DeSantis para evitar los desalojos. Exigen una solución verdadera, que perdure, no estas moratorias temporales sobre un problema que se escapa de las manos de gente que se ha visto, como millones de otras personas en el mundo entero, no golpeadas en su salud por el coronavirus, pero sí en su estabilidad económica, que al final es un peligro mundial. No tener trabajo. No tener dinero para vivir.

por Roberto A.

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