Un periodista oficialista villaclareño aseguró en un post que publicó en su perfil personal de Facebook, que la idea de la libreta de abastecimiento “surgió del alma noble de Fidel”, aunque en realidad desde hace ya varios años, décadas incluso, la clase dirigente en la isla ande valorando otras ideas para acabar de una vez y por todas con esa otra.
Jesús Álvarez López, periodista de CMHW, publicó en su perfil de Facebook esta especie de alegato de defensa de la libreta de abastecimiento. Según su teoría Fidel Castro la creó “para que todos pudiéramos comer”, aunque está más que claro que él nunca comió con lo que daban en la libreta; y si mencionamos a Castro, podemos mencionar también a otros cientos de dirigentes que no saben lo que es una libreta de abastecimiento.
Sin embargo, y ya que hablamos de dirigentes y libreta de abastecimiento, conviene recordar una famosa anécdota que en algún momento de mi vida escuché referente a este “objeto anacrónico” surgido “del alma noble de Fidel para que todos pudiéramos comer”.
Cuenta la leyenda que durante una reunión pública cuyo objeto era hablar de la libreta de abastecimiento, un ciudadano intervino para contradecir al famoso Ché Guevara, quien hablaba maravillas de la libreta de abastecimiento, ponderando entre otras cosas que permitía distribuir equitativamente los alimentos para todos, para comer el mes entero.
“Comandante, usted dice esto porque su familia no vive con la libreta de abastecimiento”, dicen que le dijo el hombre al Ché y este no dijo nada, pero luego mandó a buscar a uno de sus ayudantes – a un tal Misael o a Enrique Gato, desconozco- y le preguntó si era cierto eso que le habían dicho. El ayudante le confirmó que sí, a lo que el Ché refutó que en su casa alcanzaba la comida y eran muchos. Entonces el ayudante no tuvo más remedio que confesarle que si alcanzaba, era porque a su casa entraba “comida por la izquierda”, y que también él apenas comía en su casa.
La historia asegura que al día siguiente, el Ché Guevara convocó al ciudadano y le dijo: “Hasta ayer usted tenía razón”, y el argentino, en ese entonces ministro de Industrias, exigió que su familia viviera en las mismas condiciones que los cubanos y que se alimentara mediante la libreta de abastecimiento.
No está clara la historia en cómo sobrevivieron de esa manera pero, el periodista y abogado residente en Miami, Juan Juan Almeida, quien durante muchos años vivió al lado de la casa de esa familia, confirmó en llamada telefónica a este redactor que en casa del argentino se comía “por la libreta”, aunque nos reveló que su perro pastor alemán, Sombra, un hermoso pastor alemán negro, comía carne de la que no venía por la libreta que solía darle Enrique Gato, su ayudante.
A este redactor le consta que en los años 94, 95 y 96, la madre del entonces vicepresidente cubano Carlos Lage, sacaba los mandados por la libreta, en su bodega de Nuevo Vedado. E iba a pie, con su jabita, a buscarla. La bodega quedaba situada detrás de su casa, cerca del zoológico de Nuevo Vedado. Si Carlos después le traía a su madre más comida desconocemos, pero es más que probable.
Anécdotas aparte, dirigentes aparte, ¿qué de bueno tiene la libreta de abastecimiento? Nada.
No por gusto desde hace años intentan sacar de circulación esta “idea surgida del alma noble de Fidel”, porque más que distribuir equitativamente la comida, lo que en la práctica hace es distribuir la miseria.
De ello puede dar fe el propio Jesús Álvarez López, si abriera su libreta y encontrara que las casillas marcadas en la misma se reducen a estas: arroz, azúcar (con atraso), sal (si vino) chícharos, café (con chícharos) y pan.
Si eso es noble….
por Roberto A.
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