Como el cubano Carlos Jorge Tomás Reyes otros muchos han muerto a unas brazadas de alcanzar el otro lado de la orilla del Río Bravo.
Los familiares en Cuba del joven cubano encontrado muerto en el Río Bravo piden ayuda para repatriar su cuerpo a la isla, según un reporte de Telemundo51. Al propio tiempo, escriben cartas a todas partes agobiados y consternados por la situación que se les presenta.
Y es que en circunstancias normales, solo se necesitaría reunir el dinero pero ahora, con la pandemia del coronavirus azotando a casi todos los países del planeta, viajar se ha vuelto un problema.
Especialmente en México; especialmente en Cuba donde todos los aeropuertos se encuentran cerrados.
Así y todo, los familiares de Carlos Jorge Tomás Reyes, el joven de 23 años que murió ahogado tras intentar cruzar el Río Bravo (frontera de México con Estados Unidos), piden toda la ayuda posible para retornar el cuerpo del fallecido a Cuba.
“Nosotros pedimos, por favor, que la embajada cubana responda a nuestros correos, a nuestras llamadas, porque necesitamos una visa humanitaria para mi primo que está solo en México y que las cenizas de Carlos Jorge Tomás lleguen a Cuba, a manos de su madre”, indicó a TeleMundo51 una prima del fallecido.
De acuerdo con testimonios de tres personas que intentaron el cruce del Río Bravo junto con Carlos Jorge, el chico fue arrastrado por las aguas del Río Bravo y su cadáver apareció cuatro días después.
Todo sucedió en la madrugada del miércoles 24 de junio. Su cuerpo sin vida fue encontrado el lunes.
Alex Álvarez, uno de los jóvenes que intentó cruzar el río aquella noche con Carlos fue uno de los que narró el terrible hecho a los medios.
Un libro al que, desafortunadamente, no le faltarán páginas terribles de fallecidos que intentaron una vida mejor
El triste final de Carlos Jorge, un joven con toda una vida por delante, es un capítulo más en la larga novela de cubanos que han muerto intentando alcanzar el llamado “sueño americano”. Algunos, los más, han muerto en el mar; otros han muerto congelados en las ruedas de un avión.
Los últimos han muerto en la Selva del Darién, o en la selva colombiana. No pocos se han perdido apenas salieron de Ecuador, Brasil, Uruguay, Venezuela.
Los hay que han muerto apenas a unos metros de suelo norteamericano. Apenas a unas brazadas de alcanzar el otro lado de la orilla del Río Bravo, como sucedió lamentablemente con el cubano Carlos Jorge Tomás Reyes.
por Roberto A.
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