Solo porque decidieron emigrar y elegir el futuro por sí mismos, un medio oficialista cubano decidió agredir a tres ajedrecistas cubanos que celebraron junto el Día de los Padres.
La página de Facebook de Telemayabeque llamó esclavos a Leinier Domínguez, Lázaro Bruzón y Yuniesky Quesada, tres de los grandes ajedrecistas cubanos de todos los tiempos, en una publicación junto a la foto en que aparecen con el peruano Emilio Córdova celebrando, lo cual provocó numerosas respuestas, incluida la de Bruzón.
“La esclavitud de los hombres es la gran pena del mundo. Cuando te sientes atado por cuatro monedas dejas de ser un ser humano para convertirte en mercancía. Qué pena!”, afirma el medio oficialista cubano en su publicación de este domingo en la que ataca con inconcebibles palabras que han sido duramente criticadas.
Telemayabeque escogió una famosa frase de José Martí para completar su ataque con alevosía hacia los deportistas, quienes ahora continúan sus carreras en el extranjero y que incluso salieron del país de forma completamente legal, con sus pasaportes.
“Realmente da mucha vergüenza actitudes como éstas. Hay actitudes legales que no son éticas. Las vemos todos los días y algunos piensan que es normal, que no pasa nada”, escribía el medio oficialista junto a una foto de los Grandes Maestros, a quienes rendían tributo antes, pero ahora denigran porque ya no pueden ser usados por el sistema cubano para sus propósitos propagandísticos.
El cobarde ataca a los tres ajedrecistas cubanos no quedó sin contestar por decenas de comentarios, antes de que la publicación de Facebook del medio fuera borrada por la molestia visible de los usuarios de la red social, quienes inmediatamente hicieron presente su desaprobación.
Lázaro Bruzón, muy activo en sus redes sociales y crítico con la situación de los derechos humanos en Cuba, respondió a la diatriba del medio oficialista, que en esta ocasión repitió el modus operandi tantas veces usado por el gobierno cubano y sus medios, de descalificar a los deportistas cuando emigran y llamarlos esclavos o mercancía.
“Los 3 ajedrecistas que están ahí ni siquiera nos quedamos con el pasaporte oficial, no abandonamos ningún evento, salimos de Cuba sin violar ninguna ley. ¿Cuál es nuestro delito? Que somos personas con criterio propio”, apunta el ajedrecista, siempre dispuesto al diálogo en las redes sociales, en las que no esquiva tocar los temas más peliagudos.
“Este tipo de publicaciones tan mediocres cuesta creer que vengan de parte de un medio oficial. Quizás es el momento ideal para aclarar algunas cosas. Cuando vivía en Cuba a lo largo de mi carrera varios de mis amigos se fueron a residir a otros países, yo siempre mantuve excelentes relaciones con todos ellos. Seguían siendo mis compañeros de equipos, en infinidad de veces compartimos fuera de Cuba, me quedé en sus casas y jamás los vi de otra manera que, como colegas y amigos, puedo decir con orgullo que siempre mantuve excelentes relaciones con todos esos Ajedrecistas que allá tildaban de traidores”, cuenta Bruzón, quien radica en Estados Unidos, y en cuya partida de Cuba vivió un recordado desencuentro con la Federación de ese deporte en la isla.
“Yo no salí de Cuba buscando absolutamente nada material, no lo necesitaba ni lo necesito ahora. Soy una persona muy feliz con una vida plena, mis triunfos son mi familia y mis amigos. Aunque en Cuba tenía muchas cosas positivas necesitaba crecer como ser humano, ya eso lo he dicho, el techo estaba muy cerca y repito que no hablo de dinero ni cosas materiales, no quería seguir siendo un ajedrecista sin lo básico para desarrollar mi Carrera, el internet”, detalla el reputado Gran Maestro, quien conoce muy bien al ajedrez cubano y mundial, y este tipo de reacciones, pues la vivió en carne propia hace dos años.
“Para los que todavía cuestionan o tienen la duda sobre el motivo por el cual un deportista no puede competir de forma normal por su país residiendo en otro, eso pregúntenselo a los dirigentes del deporte y de Cuba que han preferido que se hunda el deporte a flexibilizar políticas muy rígidas y pasadas de tiempo”, afirma Bruzón, quien hiciera junto a Leinier una dupla inolvidable representando a Cuba como los primeros tableros en competencias internacionales.
“En el mundo entero los deportistas viven donde entiendan y siguen representando a sus respectivos países, eso mismo yo quería hacer, pero no me dejaron otra opción. Los culpables que en Cuba no sea así son esos mismos que nos llaman traidores y mercenarios. La vergüenza y los esclavos son los que se prestan para hacer este tipo de publicaciones, repitiendo cosas sin ningún sentido y ninguna prueba. Mi deseo es pasar página a todo esto, pero no bajaré la cabeza ni dejare pasar ninguna calumnia de estos títeres. El que tenga cualquier duda o quiera debatir o preguntar lo que sea estoy dispuesto a debatirlo, siempre y cuando lo hagan con respeto”, concluyó el Gran Maestro, quien ha recibido muestras de apoyo y respeto dentro y fuera de Cuba.
Las palabras de Bruzón servirían, perfectamente, para retratar los mismos problemas y situaciones que viven los cientos de deportistas de otras disciplinas que emigraron buscando una mejor situación económica, mejores condiciones para vivir, o simplemente porque se hastiaron de un sistema propagandístico que usa a sus estrellas como material para perpetuarse.
Habría que ver si el gobierno cubano -el verdadero decisor-, se atreve a responder las sencillas preguntas que Bruzón expone en su publicación, para bien del deporte, de los ajedrecistas cubanos y de un país entero y su extendida diáspora.
Julio Linares