Vuelve a suceder. Ante un penoso hecho, el gobierno cubano y la prensa oficialista callan. Hay que “confiar” en la versión del Guerrero Cubano
La noticia saltó a redes sociales por la tía de Hansel Ernesto Hernández Galiano, joven cubano que ha muerto en Guanabacoa por un disparo de la policía. Ahora el gobierno de la isla quiere que todos sepamos la verdad de los hechos, pero no explicada por Miguel Díaz-Canel, sino por alguien que se parapeta tras el seudónimo de Guerrero Cubano.
Quienes nacimos en Cuba, y tenemos además el añadido de conocer los medios de prensa como la palma de nuestras manos, sabemos que nada de esto es fortuito. ¿Por qué Granma, Cubadebate, Juventud Rebelde y el resto de los medios oficialistas no se refieren a este penoso hecho, con el mismo enfoque -prolijo- que le han contado a los cubanos de la isla lo acaecido con George Floyd en Mineápolis el pasado 25 de mayo?
Exactamente un mes después, ayer 25 de junio, salta a redes sociales lo sucedido en La Lima, Guanabacoa, entre Hansel Ernesto Hernández Galiano y la policía. El post de la tía del joven, Lenia Patiño, decía: “Siento un profundo dolor por el asesinato de mi sobrino Hansel Ernesto Hernández Galiano cometido en la mañana de ayer en La Lima, Guanabacoa, por dos patrulleros. Nosotros, los familiares, pedimos con clemencia que este hecho tan cruel a manos de nuestra supuesta seguridad nacional, de ninguna manera quede impune. Porque un policía, un uniforme, no da derecho a asesinar de tal manera a nadie, si sabemos de sobra que les entrenan con defensa personal, deben portar spray, tonfas, etc. Porque entonces tuvieron que acudir a su arma de fuego y quitarle un hijo a una madre, a un padre, un sobrino a su tía, un hermano a su hermanita menor… Constando de que JAMÁS estuvo armado, por favor, justicia“.
Patiño nada refiere en su publicación de los motivos, ni de la magnitud del enfrentamiento entre su sobrino y los oficiales de la PNR. Habla desde un profundo dolor, muy comprensible, y no sabemos -si conscientemente o no- obvia detalles. Tras su primer post en Facebook, ha agregado un segundo en el que manifiesta: “A todas las personas que han hecho comentarios negativos acerca del asesinato de mi sobrino, haciendo leñas del árbol caído, les pido que respeten nuestro dolor y que traten de no pasar por un suceso tan fuerte“.
Ante el silencio pusilánime de la prensa oficialista y de los gobernantes cubanos, debemos por ahora ¿confiar? en la verdad del Guerrero Cubano, alguien que no sabemos quién es porque es tan “limpio” su mensaje que oculta su verdadera identidad.
“El programa que teníamos previsto para la noche de hoy, hemos decidido posponerlo para mañana, pues venimos con una información especial. Resulta que desde horas de la tarde de hoy se está gestando en las redes sociales una nueva campaña manipulada, de mentiras contra Cuba. Y desde mi canal vamos a denunciar esta campaña”, vocifera el Guerrero.
Los cubanos, de adentro y de afuera, sabremos ahora la verdad sobre “una persona que ayer falleció de la forma que yo les voy a explicar”, se escucha expresar al Guerrero. Luego escuece su exclamación pausada de que todo es MENTIIIIRA ante las denuncias de asesinato de los familiares y de los medios independientes que se han hecho eco. Además de que queda clara su indiferencia burlona ante la muerte de una persona, lo cual habla por sí solo de la condición humana del mensaje -o del mensajero. Eso solo lo saben quién habla y quién -o quiénes- le indican lo que debe decir. El Guerrero alega que hizo averiguaciones con fuentes cercanas a los hechos y que demuestran toda la verdad. Hasta muestra fotos en su programa del sitio exacto donde ocurrieron los sucesos. No me queda claro a mí si esto no constituye delito, porque los hechos deben estar aún bajo investigación… ¿o no? Porque la zona no se ve en las fotos ni acordonada.
La versión de de lo sucedido en La Lima -la que nos brinda desde sus “buenas intenciones” el Guerrero Cubano- es para quien escribe repulsiva, provoca náuseas.
“Hernández Galiano iba por la vía pública con una lámpara digital robada del paradero de guaguas de Guanabacoa, para vendérsela a una paladar o a algún lugar que necesitaba anunciar algo. A lo mejor para alguna casa de alquiler, en fin para lo que fuera. Cuando la policía lo detiene y lo está identificando, él se manda a correr. Los policías lo van siguiendo, hay otro que se tiene que quedar con el carro. Un solo policía va detrás de él; atraviesan como especie de un monte, es una finca… entran por ahí para allá, hay una línea de tren, por cierto un terreno muy desnivelado. Cuando ya el policía lleva como un kilómetro detrás de él, dándole el alto y él no obedecía de ninguna forma… él le empieza a tirar piedras al policía. Primeramente lo impacta en un muslo, después le da otra pedrada más; luego llegan a una pendiente, ahí el fallecido se tira por la pendiente y el policía viene detrás. Él sorprende al policía con una pedrada, imagine la pedrada que le dio que le dislocó el hombro. Ahí están todos los testigos, que en el hospital tuvieron que llevarle el hombro a su lugar. ¿Ustedes se imaginen una pedrada que le desmonte el hombro? Lo que le tiró fue un cambolo, como decimos nosotros en la calle. Entonces cuando la persona fallecida cogía impulso para rematar al policía… el llamado Hansel cogía impulso para lanzarle la otra pedrada, que evidentemente se la iba a lanzar a la cabeza”, explica el Guerrero. Y llegados a este punto, realmente cuesta seguir su narración desidiosa.
¿Por qué no es Miguel Díaz-Canel o cualquier otro representante del gobierno cubano quien explica lo que pasó realmente entre Hansel Ernesto Hernández Galiano y efectivos de la PNR? El mismo Díaz-Canel, por cierto, que a principios de junio tras los sucesos en una estación de Calabazar, tuiteaba en su cuenta oficial: “Ministerio del Interior informa sobre incidente en Boyeros y fallecimiento de un oficial de la Policía. Indignación por asesinato del Primer Teniente Yoannis Rodríguez y heridas a 2 policías a manos de delincuente. No habrá impunidad”. ¿Por qué debemos los cubanos conformarnos con la versión del Guerrero, cuando asegura que “el efectivo, en defensa propia, efectúa un disparo a las partes bajas que resultó ser fatal”?
Hubo prisas -muchas- en identificar al cubano que agredió a los policías en la estación de Calabazar: Yusniel Tirado Aldama, de 27 años. Esperaremos pacientemente por la identidad de los dos policías involucrados en estos hechos de Guanabacoa. Porque entretanto ya el Guerrero Cubano adelantó -con esa “voluntad por la verdad” que lo avala- que el joven Hansel Ernesto Hernández Galiano “estaba en libertad condicional por abuso lasivo a una menor de edad y robo con violencia. Además de que constaban varias denuncias por agresiones físicas continuadas a su expareja”.
La manera, poco transparente, en que se ha decidido abordar lo ocurrido en La Lima, Guanabacoa, es sintomática. Una voz, la del Guerrero Cubano, que se hace perversa cuando se oculta en una falsa identidad, y que dispara que todo es mentira, para hacerle daño al país, que las versiones las paga “el gobierno de Estados Unidos para subvertir el orden y crear el caos en Cuba”. Habría que pensar con detenimiento quién o quiénes hacen más estropicio.
Ania Liste