Hay quien no quiere imaginar cómo será la vida del fútbol cuando Messi, quien este 24 de junio cumple 33 años, ya no pise más una cancha.
Sin haber terminado su carrera, Lionel Messi ya tiene números para ser considerado uno de los mejores de la historia, en una comparativa junto a Pelé, su compatriota Maradona y su eterno rival de época, Cristiano Ronaldo.
Los 33 años del rosarino llegan en la búsqueda frenética de otra nueva marca histórica, los 700 goles, cuando se antoja que no tiene nada más que demostrar, aunque sus detractores siempre apuntarán a los fracasos con la selección argentina como su gran lastre.
Ya no hay espacio en sus vitrinas para colocar todos los títulos que ha conquistado con el Barcelona en su extendida carrera, desde que debutara con el primer equipo en 2004, cuando tenía apenas 17 años, y era un chiquillo proveniente de las inferiores del club, en donde coincidió con otros grandes como Cesc Fàbregas o Gerard Piqué.
Messi nació en Rosario (Argentina), y desde pequeño despuntó como el futuro crack que dominaría el mundo, aunque eran tan diminuto, que precisó de tratamientos hormonales para estirar su anatomía hacia lo que es hoy, un motorcito indescifrable para sus contrarios, cuando tiene el balón en los pies y sin él.
Hasta sin la pelota, Leo condiciona el fútbol que se juega a su alrededor porque tiene esa rara capacidad de los genios de anticipar hacia dónde irá, y siempre, aunque camine en el campo, será una amenaza para los contrarios y la esperanza para sus compañeros que lo buscan constantemente como el recurso más importante.
Con el club catalán ostenta 34 títulos, repartidos en 10 Ligas, 4 Champions y seis Copas del Rey. Además, suma seis Balones de Oro en sus vitrinas -apuntan los datos del periódico La Vanguardia-, líder en ese apartado por encima de Cristiano Rolando, con quien le suelen comparar por coincidir en tiempo y forma.
El Barcelona lo felicitó en sus redes con el mensaje de “Un día especial. Un jugador único ¡Felicidades, Leo!”, en tres idiomas, que ya suma casi un millón y medio de me gusta en Instagram, palabras que no resumen el completo significado de Lionel Messi para el club y el fútbol.
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Quiso el destino que marcara su primer gol con el Barcelona a pase de otro genio, el brasileño Ronaldinho, en 2005. Después vendrían los años dorados, la rivalidad con el Madrid, las comparaciones con Maradona, su pulso eterno con Cristiano, las caídas repetidas con su selección nacional, y esa mezcla de odio y amor que le profesan muchos argentinos.
Por el camino llegaron los balones de oro, el récord de goles en la liga y hasta uno de sus fabulosos tantos, casi un calco del que Maradona marcara en el mundial del 86, considerado el mejor de la historia.
A los 33 años, Lionel Messi es un padre de familia y no el chico revoltoso que corría detrás del balón, como ilustrara Hernán Casciari, como un perro que no suelta la presa. Ya no es infatigable como antes, pero es más inteligente y selectivo, y se ha reinventado para, aunque no esté por todo el campo, siempre estar presente en un juego de fútbol.
Julio Linares