Una imagen, compartida en Twitter la semana pasada, muestra la mano de un médico al quitarse los guantes protectores tras 10 horas de trabajo. La imagen se ha vuelto viral y suma ya más de 46.500 me gusta y 8.000 retuits en Internet.
La impresionante foto que muestra la mano arrugada de un médico tras pasar más de 10 horas con los guantes protectores puestos fue compartida en Facebook por Awanish Sharan, miembro de la Academia de Ciencias de la India, el pasado 19 de junio.
Su tuit es sin dudas un homenaje a los miles de médicos en el mundo que hoy dedican esfuerzos a combatir el coronavirus. Algunos pasan apenas 8 horas de trabajo; otros más. La mayoría ni siquiera regresa a casa y se queda a dormir en los hospitales.
Muchos de ellos pasan semanas sin ver a sus hijos, esposos, padres, hermanos.
Ver esta mano arrugada representa para muchos el sacrificio que hacen todos los trabajadores de la salud en el mundo. Aquellos que tienen las manos más arrugadas; aquellos que las tienen menos arrugadas.
Aquellos que las tienen sucias, de grasa, por reparar ambulancias. Las de los electromédicos, cortadas o pinchadas por reparar ventiladores artificiales. Las del personal de la limpieza.
La publicación suma ya, además, más de 750 comentarios, muchos de los cuales agradecen a los trabajadores sanitarios y a esos otros trabajadores esenciales por sus esfuerzos que mencionábamos encima
This is the hand of a doctor after removing his medical precautionary suit and gloves after 10 hours of duty.
Salute to the frontline heroes.👍🙏 pic.twitter.com/uuEzGZkWJx— Awanish Sharan (@AwanishSharan) June 19, 2020
La imagen nos recuerda también a los cientos de trabajadores de la salud infectados por coronavirus; recuperados o aún convalecientes. También a esos que fallecieron en el cumplimiento del deber; y por qué no: a los que no pudieron aguantar tanto dolor, ver tantas víctimas, y se quitaron la vida.
La imagen, a no dudarlo, se seguirá compartiendo en las redes.
Si usted hoy, ve pasar por delante a uno de esos héroes de la salud, dele un aplauso con sus manos “enteras”, mientras recuerda esta foto que representa las manos de esa persona sacrificada.
por Roberto A.
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