La muerte de un menor conmociona Estados Unidos y el asesino pudiera ser su propio padre, según una investigación dada a conocer dos meses después de los terribles sucesos.
El niño de 11 años Zachary Sabin falleció tras ser forzado a beber cuatro botellas de agua de un litro en apenas cuatro horas, y el progenitor y su actual pareja fueron detenidos como los sospechosos de los terribles sucesos que ocurrieron en El Paso, en Colorado.
La muerte de un pequeño siempre conmueve, pero en esta ocasión indigna también la forma en que ocurriera, porque según concluye la oficina del forense de El Paso, la causa del deceso fue intoxicación forzada con agua, por tener que beber esa ingente cantidad sin comer ningún alimento, explica el reporte del diario El Clarín.
Los hechos apuntan al padre, Ryan Sabin, de 41 años, y su pareja Tara, de 42, como los presuntos responsables del asesinato del niño de 11 años.
De acuerdo con el informe, Zachary tenía moretones en la cabeza, brazos, espinillas y nalgas, y también sangre en la ceja y frente izquierdas. Además, antes de ser acostado empezó a vomitar, desarrolló dolor en las piernas y se puso somnoliento.
La madrastra del pequeño declaró que este sufría un problema urológico hereditario que lo hacía mojar la cama, y que después de ver que el líquido era oscuro, ambos adultos lo obligaron a tomar, al menos, dos botellas de un litro al día.
La noche antes en que el niño de 11 años muriera, él padre vio como Zachary vomitaba, pero igualmente le ordenó tomarse el agua mientras el resto de la familia cenaba. Por esta razón, el menor siguió en la cocina cumpliendo las órdenes, incluso cuando los hermanos estaban por acostarse.
Poco después, Ryan Sabin, soldado en Fort Carson, le habría pateado un par de veces cuando este le dijo que le dolían las piernas y se puso a llorar. Después, lo llevó a la cama, y a la mañana siguiente llamó al 911 tras encontrarlo con espuma en su boca.
Ryan y Tara enfrentan graves cargos por este doloroso caso de violencia infantil que terminó con la vida de Zachary, quien estudiaba quinto grado en la escuela primaria Explorer, en Colorado Springs.
Julio Linares