La producción de azúcar en Cuba no es aquel orgullo que fuera antes, y el año en curso trajo nuevas dificultades. Lejos, muy lejos, quedó el “sueño de los 10 millones”, aquella utopía que terminó en fracaso en 1970.

La actual zafra azucarera deja varias muestras de las notables deficiencias de la industria y el incumplimiento en varias provincias, como Villa Clara, la mayor productora de crudo del país, que quedó “distante de las 177 000 toneladas previstas”, reporta el diario provincial Vanguardia.

Entre los que llaman en esa provincia cubana “factores objetivos y subjetivos”, estuvieron el discreto aprovechamiento de la norma potencial de molida en los ingenios. Además, la calidad e inocuidad del producto final también se vio afectada por volúmenes de caña quemada y materias extrañas que llegaron a los basculadores.

Cuba no pudo aprovechar el precio favorable del azúcar en el mercado internacional este año porque, como ya es usual, un rosario de tropiezos dinamitó la zafra azucarera desde su mismo comienzo.

La actual campaña no arrancó bien en el país, pues unos 21 centrales empezaron a trabajar fuera de fecha, lo que provocó más de 100 mil toneladas de atraso.

En Villa Clara, llamada a marcar diferencias durante la zafra azucarera de la isla, sufrieron bajos rendimientos agrícolas con campos infestados de árboles leñosos. Incluso, mientras el país llama a cambiar la matriz energética y abandonar la dependencia del petróleo, la generación de electricidad por tonelada de caña molida que se entrega al Sistema Eléctrico Nacional quedó al 87% de lo planificado.

Según Vanguardia, “el alto tiempo perdido en cosecha y transporte de caña, de acuerdo con los datos, se tradujo en pérdidas de unas 14 000 toneladas, cifra decisiva para la satisfacción de la meta”.

Lo ocurrido en esta campaña pudiera repetirse para la próxima, pues se inician los preparativos con menor asignación de recursos materiales que en la terminada y volúmenes inferiores de materia prima.

También otras provincias como Ciego de Ávila quedaron lejos de cumplir su plan, con una producción de algo más de 88 mil toneladas métricas de azúcar, para el 72 por ciento del plan.

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El gobierno cubano considera estratégica a la industria azucarera, porque a través de sus derivados entran divisas, gracias a exportaciones de azúcar, alcoholes, bebidas y otros. Por esta razón, los ingenios permanecieron abiertos más de lo normal, aunque las condiciones climatológicas eran complicadas.

Pero lo cierto es que aquellos gloriosos tiempos de hasta 8 millones de toneladas están muy lejos de volver. Como dato de muestra, la zafra de 2018-2019 alcanzó, apenas, 1,3 millones de toneladas de azúcar.

Para mayo de 2020 se habían pronosticado unas 1,5 millones de toneladas métricas de azúcar, pero la agencia Reuters “estima una producción total de entre 1,1 a 1,2 millones de toneladas métricas, de acuerdo con informes de medios provinciales y fuentes con conocimiento de la cosecha”.

Julio Linares

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