“Lo que se sabe no se pregunta (…) Te amo como el primer día y todos entienden por qué. Hoy trataré de hacer el mejor noticiero y va dedicado a ti”, dijo Isabel Fernández, esposa del “defenestrado” Boris Fuentes, minutos antes de salir al aire este domingo.

Sé que puede sonar especulativo, pero al parecer la periodista Isabel Fernández, la imagen conservada durante años del noticiero dominical, ha encontrado un resquicio dentro de la férrea censura informativa en la isla para clavar su rodilla derecha -¿o izquierda?- en la tierra y clamar por la inocencia de su esposo, el recién “defenestrado” Boris Fuentes. A no dudarlo entre ellos hay un código secreto, cocinado en los calderos de la casa, nacido del amor que comparten hace más de 30 años, en contra del limonazo que le dieron a Boris.

Una fuente que reclama anonimato debido a su alto cargo en el ICRT informa que el motivo por el cual Isabel Fernández no salió en el Noticiero Dominical hace dos semanas fue que el Departamento Ideológico del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, gestionado por los fieros defensores de la verdad que responden a las órdenes de José Ramón Machado Ventura, consideró que Isabel Fernández podría estar “caliente” con la ignominia cometida contra su esposo, y que era posible -al menos en teoría, porque todo está controlado en la aldea feudal de 23 y M para que no suceda nada rar -, que en un arrebato de amor o delirius tremens, saliera a defender a su esposo y lanzara frases “indeseables” en vivo. Sucedió justo el domingo después de que a Boris lo defenestraran.

Bien, el hecho es que Isabelita sí salió este domingo y, antes de hacerlo, lanzó un mensaje en clave a través de Facebook, de lo cual dio cuenta el propio Boris horas después.

https://www.facebook.com/boris.fuentes.52/posts/10215220039728222

En lo dicho por Boris se lee muy claramente que está “descompensado de la presión”. Boris no dice qué causó su malestar pero, más adelante, ella alude a un típico “lo que se sabe no se pregunta”. De igual modo, esta confesión de amor de Isabel Fernández, momentos antes de salir al aire, en vivo, tiene todos los ingredientes de la clásica vendetta mezclada con pulla solariega.

“Te amo por tu fuerza y valor, por tu obra y por tu empeño, por la bondad, los principios y tus sueños. Deseo que mejore tu salud y tú presión vuelva a normalizarse. Te recuerdo el aliento de los grandes, el de los agradecidos. Ya llevamos 31 años de relación y seguiremos adelante. Por estos días muchos te llaman, otros dejan un mensaje. La mayoría se preocupa, otros quieren saber porque. Tranquilo que todo pasa aunque muchos prefieren conocer. Lo que se sabe no se pregunta dijo un amigo común. Te amo como el primer día y todos entienden porque. Hoy trataré de hacer el mejor noticiero y va dedicado a ti.”

Ambos parecen confiados en que se hará justicia.

Ese “todo pasa”, expresado por ambos es un innegable referente al limonazo que le dieron a Boris los cancerberos de la (in)justicia; una especie de moledora humana que durante años ha operado en el país y la que Boris, con mucho tino, sorteó hasta que al gobernante Miguel Díaz-Canel se le ocurrió hablar de limones, guarapo y limonada.

De esta hermosa declaración de amor se desprende una grandísima enseñanza. Algo así como “un espejo”, en el cual pudieran mirarse muchos jóvenes periodistas cubanos que, ingenuos al fin, poco curtidos en la pelea con editores, directores de diarios, súbditos todos del Comité Central, aún sueñan con los peces de colores.

por Roberto A.

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