En enero de 1959, la población de Cuba rondaba los seis millones y medio de habitantes. Había seis millones de reses; “casi” una vaca por habitante.
La falta de agua y alimentos provocó desnutrición en no pocas de las más de 7 mil reses que han muerto en Las Tunas en lo que va de año, señaló en las últimas horas el diario tunero Periódico26.
Parece increíble, pero es cierto, que la falta de agua provoque la muerte de 7 mil 069 animales en un país -son más, pues estamos hablando solo de Las Tunas- que es una isla. A ello súmele que Las Tunas es un territorio cercanamente geográfico a los dos ríos más importantes por caudal de Cuba: el Toa y el Cauto.
Solo como apunte: una vaca necesita 120 litros de agua al día.
Súmele además que estas 7069 muertes de reses son 2.593 más que en igual período del año anterior. El índice permisible del 1,65% casi se dobla, con este 2,80 por ciento, que parece más desgano y hambre, no de las vacas, sino de quienes las ordeñan y atienden.
Los peores municipios, según los resultados que recoge Periódico26, son Las Tunas y Jobabo.
De las 7 mil 069 muertes de reses registradas en el territorio tunero, 2954 fueron por desnutrición. Otras 922 murieron en “accidentes”.
“Solo por esas dos razones ocurrió el 54,8 por ciento del total de las pérdidas”, apunta el citado medio-
“Urge la disponibilidad de agua, ya sea mediante lagunas y tranques, extraída con molinos de viento o transportada en pipas”, advierte el diario oficialista.
“También hace falta comida sembrada, que se pueda conservar en lugares frescos para esos días en los que no hay pastos naturales; y ya el territorio registra buenas experiencias con king grass, caña de azúcar, moringa, morera, mulato, tithonia y otras variedades”, explica el medio que luego sazona los incumplimientos con uno más.
“En el período no se logró lo previsto en la preparación de tierra para la siembra de pastos y forrajes, al tener en movimiento apenas cuatro mil 049,5 hectáreas de las cinco mil 077,2 planificadas”, indica.
Al parecer el problema del consumo de res persistirá en un país que, antes de 1959, contaba con una de las mayores tasas per cápita ganaderas del planeta.
Sí, antes de que Fidel Castro llegará al poder en enero de 1959, Cuba contaba con seis millones de cabeza de ganado. Seis millones de reses
Un informe de la FAO señala que ese año, la producción de carne vacuna y leche constituía la segunda actividad económica agrícola de Cuba, después de la caña de azúcar.
“Había un total de 160 000 fincas de un tamaño promedio de 57 ha, y también existían latifundios. El ganado de carne era esencialmente criollo y Cebú, o un cruce de ambas razas, Shorthorn-Cebú, o un triple cruce de Shorthorn-Cebú-Criollo; para la producción de leche se prefería el Brown Swiss-Cebú o el Holstein-Cebú.
En esa época, se privilegiaba la producción de carne; la leche ocupaba un lugar secundario y generalmente era producida por rebaños de carne, alimentados básicamente con pastos, que se encontraban en la parte oriental del país. Solamente alrededor de la capital y de algunas otras ciudades existían rebaños típicamente lecheros. En algunos de los grandes ingenios azucareros en la parte oriental había ganado bovino; estos ingenios importaron el ganado de raza para los programas de cruzamiento. Dos o tres ingenios sirvieron como centros de mejoramiento genético para el ganado perteneciente a las comarcas cercanas (Truslow, 1951).
En enero de 1959, la población de Cuba rondaba los seis millones y medio de habitantes. Una matemática simple nos lleva a la siguiente conclusión: había “casi” una vaca por habitante.
por Roberto A.
tal vez quieras leer: Se comieron las reses pero ahora no quieren pagarlas